Vivo, No Muerto

Junio 18, 2025

Lo que parece ser el final de tu sueño podría ser en realidad la manera en que Dios te posiciona para algo mayor.

Hoy, exploremos una verdad poderosa que puede transformar tu perspectiva. Lo que parece ser el final podría ser en realidad un comienzo divino. Cuando las circunstancias sugieren que tus sueños han muerto, recuerda que en la economía de Dios, nada de valor se pierde realmente. Tus sueños, oraciones y deseos dados por Dios no están muertos, están muy vivos. Así como el sol de la mañana rompe la oscuridad, las promesas de Dios emergen a través de nuestros desafíos, revelando que lo que pensábamos que había terminado solo estaba siendo posicionado para un propósito mayor. 

Falsa Evidencia 

Considera la historia de Jacob. Cuando sus hijos le presentaron la túnica ensangrentada de José, Jacob concluyó de inmediato lo peor: “Algún animal feroz lo ha devorado. Sin duda, José ha sido despedazado.” Esta declaración lo sumió en años de luto y depresión. 

Entonces Jacob rasgó sus vestidos, se vistió de luto y guardó duelo por su hijo muchos días. Génesis 37:34 

¿Pero cuál era la realidad? José no estaba muerto. De hecho, por medio de la orquestación divina, estaba siendo posicionado para convertirse en primer ministro de Egipto. Mientras Jacob lloraba una pérdida que nunca ocurrió, Dios estaba elevando a José a una influencia sin precedentes. 

El enemigo opera de la misma manera en nuestras vidas. Presenta “evidencia” de que nuestros sueños han terminado, nuestras oraciones son inútiles, nuestras esperanzas están aplastadas. Nos muestra la “túnica ensangrentada” de nuestras circunstancias y susurra: “Se acabó.” Pero esto no es más que falsa evidencia que parece real, la misma definición de miedo. 

Cuando miras tu situación hoy, ¿qué “túnicas ensangrentadas” estás examinando? Tal vez sea una relación que parece irreparable, un revés financiero que parece insuperable, o un diagnóstico de salud que se siente definitivo. Recuerda, la sangre en la túnica de José ni siquiera era suya. De manera similar, la evidencia que sugiere que tu sueño está muerto puede ser completamente engañosa. 

La Fe Que Ya Tienes 

Muchos creyentes luchan con la fe, pidiéndole constantemente a Dios más. Sin embargo, la Escritura revela una verdad sorprendente: ya posees toda la fe que necesitas. El problema no es la falta de fe, sino operar en incredulidad. 

3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia - 2 Pedro 1:3 

Pedro aborda esto directamente en su carta a los creyentes. Escribe a aquellos que “han recibido una fe tan preciosa como la nuestra.” El idioma original sugiere que tenemos una fe idéntica a la que Pedro mismo poseía, la misma fe que resucitó muertos, sanó enfermos y permitió caminar sobre el agua. 

Tu cuenta bancaria espiritual ya contiene todo lo necesario para la vida y la piedad. El desafío no es adquirir más fe, sino activar lo que ya posees a través del conocimiento de quién es Dios y quién eres tú en Él. 

Piénsalo así: no necesitas rogarle a Dios por lo que Él ya te ha dado. No necesitas suplicar por más fe cuando ya tienes la misma medida que tenía Pedro. Lo que necesitas es reconocer y activar lo que ya es tuyo. Esto sucede no por esfuerzo, sino por conocimiento, conociendo tu verdadera identidad como hijo de Dios, nacido no solo de padres humanos, sino de Dios mismo. 

El Conocimiento Activa el Recibir 

¿Cómo accedemos a lo que ya ha sido depositado en nuestra cuenta espiritual? A través del conocimiento. La gracia y la paz se multiplican en nuestras vidas “por medio del conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor.” Todo lo que necesitamos “ya nos ha sido concedido por medio de la experiencia rica de conocerle.” 

A diferencia de Jacob, quien olvidó las promesas de Dios cuando se enfrentó a evidencia preocupante, debemos aferrarnos a lo que sabemos sobre el carácter y las promesas de Dios. Cuando realmente sabemos quiénes somos, nacidos de Dios y no solo de padres humanos, rechazamos la falsa evidencia y nos mantenemos firmes en la verdad divina. 

Este conocimiento no es meramente intelectual. Es una comprensión experiencial que transforma cómo percibimos nuestras circunstancias y respondemos a los aparentes retrocesos. 

Considera cómo habría respondido Jacob si hubiera recordado la promesa de Dios de hacer de él una gran nación a través de sus descendientes. ¿Habría concluido tan rápidamente que José estaba muerto? ¿O habría mantenido la esperanza, confiando en que la palabra de Dios prevalecería a pesar de las apariencias? 

De manera similar, cuando realmente conocemos a Dios, no solo sabemos acerca de Él, desarrollamos discernimiento espiritual que nos ayuda a distinguir entre la verdad y el engaño. Reconocemos cuando el enemigo presenta falsa evidencia y nos mantenemos firmes en lo que Dios ha declarado. 

Hijos de Dios 

Cuando Jacob vio la túnica ensangrentada de José, respondió desde su entendimiento natural. Vio evidencia de muerte y concluyó que su sueño había terminado. Pero si hubiera respondido desde su identidad espiritual como elegido por Dios, receptor de promesas divinas, podría haber cuestionado la evidencia ante él. 

Lo mismo es cierto para nosotros. Cuando vivimos desde nuestra verdadera identidad como hijos de Dios, interpretamos los desafíos de la vida de manera diferente. No aceptamos inmediatamente la derrota cuando nos enfrentamos a circunstancias difíciles. En cambio, preguntamos: “¿Qué está haciendo Dios aquí? ¿Cómo podría estar posicionándome para algo mayor?” 

Tu sueño no ha terminado. José está vivo. El plan de Dios para tu familia, tu ministerio, tu futuro—todo sigue vivo. 

Conclusión 

Hoy, rechaza la falsa evidencia que presenta el enemigo. Tus sueños no están muertos; están siendo posicionados para su cumplimiento. El juego no ha terminado; apenas comienza—y está diseñado para tu victoria en cada nivel. Por el poder de la resurrección de Cristo, lo que parece muerto cobrará vida. Tu José no está en la tumba; está siendo preparado para el palacio. 

Recuerda, Jacob vivió en un duelo innecesario durante años mientras José en realidad prosperaba. No pierdas otro día creyendo la mentira de que tu sueño ha muerto. En cambio, mantente firme en la fe, sabiendo que Dios está obrando tras bambalinas de maneras que aún no puedes ver. 

La sangre de Jesús habla una palabra mejor que cualquier evidencia que presente el enemigo. Declara que eres justo, bendecido y victorioso. Afirma que lo que Dios ha comenzado en tu vida, Él lo llevará a término. Así que levanta la cabeza, fortalece tu corazón y prepárate para el cumplimiento de promesas que están muy vivas. 

Reflexiona sobre esto 

1. ¿Qué “túnicas ensangrentadas” te ha presentado el enemigo como evidencia de que tus sueños están muertos? 

2. ¿Cómo cambiaría tu perspectiva si realmente creyeras que todo lo que necesitas para la vida y la piedad ya ha sido depositado en tu cuenta espiritual? 

Oración 

Padre, te doy gracias porque mis sueños y tus promesas para mi vida están vivos, no muertos. Rechazo toda falsa evidencia que sugiera lo contrario. Declaro que lo que has hablado sobre mí se cumplirá. No me definen las apariencias, sino tu Palabra. El mismo poder de resurrección que levantó a Cristo de los muertos está obrando en mis circunstancias ahora mismo. Me mantengo en fe, sabiendo que lo que parece ser un final es en realidad tu posicionamiento divino para mi avance. En el nombre de Jesús, Amén. 

Puntos Clave 

• Lo que parece ser el final de tu sueño podría ser en realidad la manera en que Dios te posiciona para algo mayor. 

• El enemigo presenta falsa evidencia para hacerte creer que tus sueños están muertos, pero la verdad de Dios supera las apariencias. 

• Ya posees toda la fe que necesitas; el desafío es activarla a través del conocimiento de quién es Dios. 

• Todo lo necesario para la vida y la piedad ya ha sido depositado en tu cuenta espiritual. 

• Por el poder de la resurrección de Cristo, lo que parece muerto cobrará nueva vida. 

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