Victorioso en Cristo
- Henley Samuel

- Sep 1
- 3 min read
Marzo 24, 2025

Comencemos este día con corazones elevados en alegría y anticipación, listos para recibir el poder transformador de la Palabra de Dios. Hoy, nos embarcamos en un viaje para comprender profundamente y abrazar nuestra identidad en Cristo. Este no es solo un mensaje para sentirse bien; es una revelación de quiénes somos verdaderamente como hijos de Dios, equipados con potencial divino. Prepárese para renovar su mente y fortalecer su espíritu a medida que profundizamos en las Escrituras, desbloqueando las profundas verdades que darán forma a su día y a su vida.
Sellados con el Espíritu Santo
"En él también ustedes, cuando oyeron la palabra de verdad, el evangelio de su salvación, y creyeron en él, fueron sellados con el Espíritu Santo prometido." - Efesios 1:13
Piense en el significado de ser sellado con el Espíritu Santo. En la antigüedad, un sello era una marca de propiedad, autenticidad y protección. Cuando abrazamos la verdad del Evangelio, que Jesús murió por nuestros pecados y resucitó, y creemos en Él, somos marcados con este sello divino. El Espíritu Santo se convierte en nuestra garantía, nuestra seguridad de salvación y nuestro compañero constante. Este sello significa que pertenecemos a Dios, que estamos bajo Su protección y que estamos capacitados para vivir una vida que refleje Su gloria. Es un poderoso recordatorio de que no estamos solos; tenemos la presencia misma de Dios morando dentro de nosotros.
Venciendo al Padre de Mentiras
El enemigo, el padre de mentiras, es un maestro del engaño. Su objetivo principal es robar, matar y destruir (Juan 10:10), y lo logra sembrando semillas de duda y cuestionando las promesas de Dios. Sus tácticas no han cambiado desde el Jardín del Edén.
"El enemigo está lleno de mentiras; no creas en el enemigo, en el esquema de la palabra. Él es un engañador."
Él susurra mentiras en nuestras mentes, tratando de hacernos cuestionar nuestra sanidad ("¿Estás realmente sanado?"), nuestra paz ("¿Puedes realmente encontrar descanso en este caos?") y nuestra propia identidad ("¿Eres realmente un hijo de Dios?"). Él magnifica nuestros problemas y minimiza el poder de Dios.
"Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno" - (Efesios 6:16)
Es crucial reconocer estas tácticas y resistirlas activamente. Debemos armarnos con la verdad de la Palabra de Dios, usándola como un escudo contra los dardos de fuego del enemigo.
Creados a Su Imagen
Recuerde la verdad fundamental: Dios nos creó a Su imagen y semejanza (Génesis 1:27). Esto significa que poseemos cualidades y características que reflejan Su naturaleza divina. Somos creados con la capacidad de amar, la compasión, la creatividad y la sabiduría. No somos solo seres ordinarios; somos hijos del Altísimo, destinados a la grandeza.
"Yo dije: 'Ustedes son dioses, hijos del Altísimo, todos ustedes.'" - Salmo 82:6
Este versículo del Salmo 82 es una poderosa declaración de nuestra herencia divina.
Dios, nuestro Padre (el Dios con "D" mayúscula), nos ha creado como Sus hijos (los dioses con "d" minúscula).
Nacemos de Su semilla imperecedera e incorruptible (1 Pedro 1:23).
Sin embargo, a menudo vivimos como si fuéramos simplemente personas ordinarias, destinadas a perecer en este mundo. Olvidamos que nuestro Padre es Dios y, por lo tanto, somos más que simples seres humanos.
Está escrito: "Sin embargo, morirán como hombres y caerán como cualquier príncipe" (Salmo 82:7). Pero esto no niega el hecho de que somos creados a Su imagen y semejanza.
La verdad es que no estamos limitados por nuestras debilidades humanas; tenemos acceso al poder y los recursos del Cielo. El enemigo quiere que olvides esta verdad, que vivas como si fueras menos de lo que Dios ha declarado que eres. Él quiere que creas que eres ordinario, insignificante e impotente. Pero la verdad es que eres extraordinario, valioso y lleno de potencial.
La Cuestión de la Identidad
Incluso cuando Jesús caminó por la tierra, enfrentó el mismo desafío:
"Si eres el Hijo de Dios" (Mateo 4:3, 6).
El enemigo constantemente cuestiona nuestra identidad divina, tratando de socavar nuestra fe y autoridad. Él usa la duda, el miedo y la inseguridad para evitar que entremos en nuestro verdadero llamado. Él quiere que nos enfoquemos en nuestras limitaciones en lugar de en el poder ilimitado de Dios.
Rechazando el Engaño
Hoy, tomemos la decisión consciente de rechazar el engaño y abrazar la verdad de quiénes somos en Cristo. Cuando creemos en las promesas de Dios, somos sellados, protegidos y capacitados para superar cada desafío. Debemos elegir activamente creer la Palabra de Dios por encima de las mentiras del enemigo. Esto requiere un compromiso diario de renovar nuestras mentes con la Palabra de Dios como también hablar palabras de fe y afirmación sobre nuestras vidas.
"Ninguna arma forjada contra nosotros prosperará" (Isaías 54:17).
Cuando recibimos y creemos en la promesa de Dios, estamos rodeados por una burbuja divina de protección.
Conclusión:
Hoy, caminemos en la plenitud de nuestra identidad como hijos de Dios. No somos ordinarios; somos seres divinos creados a Su imagen, sellados con el Espíritu Santo y capacitados para superar las mentiras del enemigo. ¡Abraza tu verdadero ser y brilla intensamente! Deja que tu luz ilumine el mundo que te rodea, trayendo esperanza y sanidad a aquellos en la oscuridad.
Reflexiona sobre esto:
¿Cómo cambia tu perspectiva sobre los desafíos diarios la comprensión de tu identidad como hijo de Dios?
¿En qué áreas de tu vida estás permitiendo que el enemigo siembre semillas de duda y cómo puedes reemplazar esas mentiras con la verdad de Dios?
Oración:
Padre Celestial, te agradezco por revelar la verdad de mi identidad en Cristo. Declaro que soy Tu hijo, creado a Tu imagen y sellado con Tu Espíritu Santo. Rechazo cada mentira del enemigo y abrazo Tus promesas. Camino en Tu luz, fortalecido por Tu fuerza y confiado en Tu amor. Soy un vaso de Tu gracia, un faro de Tu esperanza y un instrumento de Tu paz. Soy quien Tú dices que soy. En el nombre de Jesús, Amén.
Puntos Clave:
Tenemos un pacto eterno de paz a través de Jesús, que proporciona estabilidad y crecimiento.
Creer en el Evangelio nos sella con el Espíritu Santo, garantizando nuestra salvación y protección.
El enemigo busca engañarnos y hacernos dudar de nuestra identidad, pero tenemos el poder de resistir sus mentiras.
Somos creados a imagen y semejanza de Dios, reflejando Su naturaleza divina en el mundo.
Estamos capacitados para superar las mentiras del enemigo a través de la verdad de la Palabra de Dios, viviendo una vida de victoria y propósito.
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