Victorioso en Cristo
- Henley Samuel

- Jul 1
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Julio 01, 2025

En el viaje de la vida, a menudo encontramos giros inesperados que desafían nuestra fe y propósito. Al igual que José en Egipto, podemos encontrarnos en un territorio desconocido, rodeados de rostros y costumbres extrañas. Sin embargo, hay una verdad profunda que emerge de la historia de José: aunque todo a nuestro alrededor pueda cambiar, la presencia de Dios y los sueños que Él planta dentro de nosotros permanecen constantes.
Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. — Génesis 39:2
Los hermanos de José pudieron despojarlo de su túnica colorida, arrojarlo a un pozo y venderlo como esclavo, pero no pudieron quitarle lo que realmente importaba, los sueños dados por Dios que ardían en su corazón. Estas no eran meras visiones nocturnas que se desvanecen con la luz de la mañana, sino propósitos divinos que permanecieron vivos incluso en sus momentos más oscuros.
Más Allá del Pozo
Considera la situación de José: traicionado por sus propios hermanos, vendido por veinte siclos de plata y transportado a una tierra extranjera. La mayoría de la gente habría caído en una depresión, cuestionando constantemente por qué les suceden cosas tan terribles. Podrían haber culpado a sus circunstancias, o haberse rendido por completo.
Pero José era diferente. A pesar de tener todas las razones para rendirse a la amargura, eligió aferrarse a los sueños que Dios le había dado. Esta visión de propósito se convirtió en su ancla cuando todo lo demás fue despojado.
Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto. — Génesis 37:28
El paralelo entre José y Jesús es sorprendente. Ambos fueron enviados por sus padres, ambos fueron traicionados (José por veinte monedas de plata, Jesús por treinta), y ambos fueron rechazados por su propio pueblo. Sin embargo, a través de su sufrimiento, el propósito mayor de Dios se cumplió.
La Bondad de Dios en Tiempos Difíciles
Es importante aclarar una idea errónea común: Dios no causó el sufrimiento de José. Sus hermanos lo pusieron en el pozo, no Dios. Si bien Dios puede transformar cualquier situación para bien, Él no es el autor del mal.
Todo lo que es bueno y perfecto es un regalo que desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento.[ — Santiago 1:17
Dios es bueno, todo el tiempo. Esta verdad se convierte en nuestro fundamento cuando la vida no tiene sentido. José entendió esto, por lo que pudo prosperar incluso como esclavo en la casa de Potifar. La escritura nos dice "el Señor estaba con José", y esta presencia divina hizo toda la diferencia.
Sueños Que Sobreviven
¿Qué separa a aquellos que superan de aquellos que siguen siendo víctimas? Es la capacidad de mantener sus ojos fijos en el propósito de Dios en lugar de sus problemas. Los sueños de José no eran solo visiones nocturnas, eran propósitos divinos que lo sostuvieron a través de la traición, la esclavitud y el encarcelamiento.
Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. — Génesis 39:2
Tus sueños dados por Dios tienen el poder de levantarte del pozo al palacio. Proporcionan esperanza cuando las circunstancias sugieren desesperación. Ofrecen dirección cuando el camino parece confuso. Lo más importante, te recuerdan que Dios está obrando incluso cuando no puedes ver la imagen completa.
Éxito en Cada Estación
José tuvo éxito no porque sus circunstancias fueran favorables, sino porque llevaba la presencia y el propósito de Dios dondequiera que iba. No se comparó con los demás ni culpó a su situación. En cambio, se centró en ser fiel con lo que tenía delante, sabiendo que el Señor que le dio el sueño también le proporcionaría la capacidad de cumplirlo.
Esta misma promesa se extiende a ti hoy. No estás llamado al fracaso sino al éxito. Eres una generación elegida, bendecida y salvada por Su sangre. Eres más que vencedor en Cristo Jesús.
Conclusión
Al igual que José, puedes enfrentar situaciones en las que todo a tu alrededor cambia, tu entorno, tus relaciones, tu posición. Pero dos cosas permanecen constantes: la presencia de Dios y el propósito que Él ha puesto dentro de ti. Estas realidades inquebrantables te sostendrán a través de cada prueba y te guiarán a tu destino divino.
Aférrate a tus sueños dados por Dios. Son el puente entre tus circunstancias presentes y tu futura victoria. Recuerda, lo que otros intentan para mal, Dios puede transformarlo para bien. Él se especializa en llevar a las personas de lo peor a lo mejor, del pozo al palacio.
Reflexiona sobre Esto
¿Qué sueños o propósitos dados por Dios han permanecido constantes en tu vida a pesar de las circunstancias cambiantes?
¿Cómo podría el enfocarte en la presencia de Dios en lugar de tus problemas cambiar tu perspectiva sobre los desafíos actuales?
Oración
Padre, te agradezco por Tu constante presencia en mi vida. Declaro que, aunque las circunstancias puedan cambiar, Tú permaneces fiel. Los sueños y propósitos que has puesto dentro de mí no pueden ser robados ni destruidos. Soy exitoso dondequiera que vaya porque Tú estás conmigo. Me estás llevando del pozo al palacio, de lo peor a lo mejor. Ya estoy sentado con Cristo en lugares celestiales, posicionado para la victoria en cada área de mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.
Puntos Clave
Los sueños dados por Dios sobreviven incluso cuando todo lo demás en la vida cambia.
Dios no causa nuestro sufrimiento, pero Él puede transformar cualquier situación para nuestro bien.
El éxito no proviene de circunstancias favorables, sino de llevar la presencia y el propósito de Dios.
Al igual que José, podemos prosperar incluso en entornos desconocidos o difíciles cuando nos enfocamos en la visión de Dios.
Estamos llamados al éxito, no al fracaso, elegidos y posicionados para movernos del pozo al palacio.
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