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Semilla de Fe

  • Writer: Henley Samuel
    Henley Samuel
  • Sep 19
  • 3 min read

Septiembre 19, 2025

Hand planting yellow seeds in dark soil with green blurred background, conveying calmness and growth potential in a natural setting.
El principio de la siembra funciona con mayor poder cuando se aplica en temporadas de necesidad. 

Hoy, exploremos un principio bíblico poderoso que puede transformar tus circunstancias de la noche a la mañana. Cuando enfrentamos la escasez, nuestro instinto natural es aferrarnos a lo poco que tenemos. Sin embargo, la economía de Dios opera de manera distinta: nos llama a dar primero, incluso desde nuestra carencia, confiando en Él como nuestra fuente ilimitada. 

 

La Mentalidad de la Última Comida 

En 1 Reyes 17, nos encontramos con una viuda y su hijo preparando lo que creían sería su última comida antes de morir. La sequía había asolado la tierra, los recursos se habían agotado y la esperanza se desvanecía rápidamente. Esta situación desesperada refleja muchos de nuestros propios momentos de escasez, cuando las cuentas se acumulan, la salud se deteriora o las relaciones se rompen. 

Elías le dijo: “No tengas miedo; vete, haz como has dicho; pero hazme primero de ello un pan pequeño y tráemelo; después harás para ti y para tu hijo.” — 1 Reyes 17:13 

Cuando llegó Elías, sus primeras palabras fueron "No tengas miedo", una interrupción divina a su ansiedad. La palabra de Dios siempre comienza abordando nuestros temores, reemplazándolos con fe. Pero lo que siguió parecía contraintuitivo: Elías le pidió que le diera la primera porción de su última comida. 

 

El Principio de la Siembra 

En la economía del mundo, damos a los necesitados cuando tenemos en abundancia. Pero la economía de Dios a menudo funciona al revés: Él nos pide que sembremos incluso en nuestra temporada de carencia. Considera esto: si consumes tus últimas semillas en lugar de plantarlas, garantizas la escasez continua. Pero cuando siembras esas semillas, activas el principio de la multiplicación. 

Cuando honras la palabra de Dios y siembras en tierra fértil, te conectas a una fuente ilimitada. 

Esta viuda enfrentó una elección imposible: consumir su última comida o confiar en la promesa de Dios a través de Su profeta. Su decisión de dar primero, de sembrar su semilla de fe, desbloqueó la provisión sobrenatural. 

 

El Milagro de la Multiplicación 

El resultado fue extraordinario: 

No se acabó el recipiente de harina ni faltó el aceite en la tinaja, conforme a la palabra del SEÑOR que habló por medio de Elías. — 1 Reyes 17:16 

Lo que parecía el final se convirtió en un nuevo comienzo. Una noche se prepararon para morir; a la mañana siguiente, tuvieron provisión ilimitada. La harina y el aceite se reponían continuamente hasta que la sequía terminó, una imagen perfecta de la gracia sustentadora de Dios. 

Esto no solo se trató de cubrir una necesidad inmediata. Si Elías simplemente les hubiera dado comida, les habría durado un día. En cambio, activó su potencial para la provisión continua al enseñarles a confiar en Dios como su fuente. 

 

De la Escasez a la Abundancia 

De la noche a la mañana, todo cambió para esta familia. Ellos pasaron: 

  • De la muerte a la vida 

  • De la pobreza a la provisión 

  • De la escasez a la abundancia 

Su historia nos enseña a enfrentar cada nuevo día con expectativa en lugar de ansiedad. En lugar de abordar los desafíos con miedo, preguntas o desesperanza, podemos comenzar nuestros días anclados en las promesas, la bondad, la misericordia y la provisión de Dios. 

 

Aguas Vivas en Lugares Secos 

Isaías capta bellamente este principio de provisión divina en medio de la sequía: 

Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.   — Isaías 58:11 

Incluso cuando todo a nuestro alrededor habla de escasez —cuando la inflación sube y los recursos disminuyen— Dios promete guía continua y satisfacción. Él nos transforma en huertos regados en tierras áridas, manantiales que no se agotan. 

¿Por qué? Porque estamos conectados al Agua Viva. Nuestra provisión no depende de las circunstancias externas sino de nuestra conexión con una Fuente ilimitada. 

 

Conclusión 

Dios puede cambiar tu situación en un instante. Lo que hoy parece imposible puede transformarse de la noche a la mañana cuando aplicas el principio de sembrar con fe. No dejes que las emociones dicten tus acciones basadas en lo que aún no ha sucedido. En cambio, confía en que Dios puede cambiar todo el panorama de tu vida, incluso en el último momento. 

Tu recipiente de harina no tiene por qué estar vacío; tu aceite no tiene por qué agotarse. Cuando reconoces a Dios como tu fuente, la provisión se vuelve ilimitada. El mismo Dios que sustentó a la viuda y a su hijo durante años de sequía está listo para sustentarte en cualquier sequía que enfrentes hoy. 

 

Reflexiona sobre esto 

  1. ¿A qué "última comida" te estás aferrando que Dios podría estar pidiéndote sembrar en fe? 

  2. ¿Cómo cambiaría tu perspectiva si vieras a Dios como tu fuente ilimitada en lugar de depender de recursos limitados? 

 

Oración 

Padre, te doy gracias por Tu palabra y la verdad que revela. Declaro que de la noche a la mañana mi situación puede cambiar—de la escasez a la abundancia, de la falta a la provisión. Nada es imposible para Ti. Elijo confiar en Ti como mi fuente, sabiendo que Tú nunca te agotas. Mi provisión no proviene de mis recursos limitados sino de Tu suministro ilimitado. Suelto mi temor y abrazo la fe, sabiendo que puedes transformar mis circunstancias al instante. Mi recipiente de harina no estará vacío; mi aceite no se acabará porque Tú eres mi proveedor. En el nombre de Jesús, Amén. 

 

Puntos Clave 

  • La palabra de Dios primero aborda nuestros temores, reemplazándolos con fe y expectativa. 

  • El principio de la siembra funciona con mayor poder cuando se aplica en temporadas de necesidad. 

  • Lo que parece ser tu "última comida" podría ser la semilla que produzca provisión ilimitada. 

  • Dios puede transformar tus circunstancias de la noche a la mañana, convirtiendo la escasez en abundancia. 

  • Cuando Dios es tu fuente, tu provisión es ilimitada sin importar las circunstancias externas. 

 

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