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Renovando Tu Mente para el Dominio Divino

  • Writer: Henley Samuel
    Henley Samuel
  • Aug 25
  • 2 min read

14 de enero de 2025 

Jesus crowning a man in eden garden
Dios nos creó para gobernar

¿Alguna vez has considerado el inmenso poder que tiene tu imaginación? Es el lugar de nacimiento tanto del pecado como de la justicia, el lienzo sobre el cual pintamos nuestras realidades. Esta meditación profundiza en las dimensiones espirituales de nuestra imaginación, explorando cómo podemos alinearla con la Palabra de Dios y reclamar el dominio que Él pensó para nosotros. Acompáñanos mientras descubrimos el potencial transformador que hay dentro de nosotros y emprendemos un viaje de renovación espiritual. 


La Gran Perspectiva: Nacidos para Gobernar 

"Dios nos creó para gobernar." 

Esta poderosa declaración nos recuerda nuestro propósito inherente. No fuimos creados para ser víctimas de las circunstancias, sino vencedores a través de Cristo. Este dominio no se trata de enseñorearnos sobre otros, sino de gobernar sobre la negatividad y las influencias mundanas que buscan controlarnos. Se trata de elegir el modelo de Dios sobre el del mundo, rehusando dejar que la pobreza, la enfermedad o la ansiedad dicten nuestras vidas. 


Romanos 12:2 (NVI):  "No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta." 

Este versículo resalta la clave para desbloquear nuestro dominio: renovar nuestra mente. Es un proceso continuo de cambiar nuestro enfoque de los valores mundanos a los piadosos, alineando nuestros pensamientos con la verdad de Su Palabra. 


El Atractivo del Mundo: Reconociendo las Trampas 

1 Juan 2:15-16 (NVI):  "No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo." 

El mundo, corrompido por el pecado, presenta trampas seductoras. Estas trampas, como destaca 1 Juan, son: 

  • La codicia de la carne: Actuar según impulsos y deseos que contradicen la Palabra de Dios, priorizando el camino fácil sobre el camino justo. 

  • La codicia de los ojos: Reaccionar según lo que vemos, permitiendo que el miedo y la ansiedad nos dominen ante los problemas del mundo. 

  • La arrogancia de la vida: Atribuirnos el mérito de nuestras bendiciones, olvidando que Dios es la fuente última de todo lo bueno. 


"La tierra fue creada para nosotros." (Salmo 115:16) 

Aunque estamos llamados a interactuar con el mundo, no debemos ser consumidos por sus patrones. Estamos llamados a gobernar sobre la negatividad del mundo, no a abrazarla. 


El Poder de la Fe: Ver con Ojos Espirituales 

Hebreos 11:1 (NVI):  "Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve." 

La fe es el antídoto contra la codicia de los ojos. Nos capacita para ver más allá del ámbito físico, para percibir las realidades invisibles de las promesas de Dios. Cuando surgen desafíos, no reaccionamos con sabiduría mundana, sino con entendimiento espiritual. Declaramos la Palabra de Dios sobre nuestras situaciones, confiando en Su poder para superar cualquier obstáculo. 


Reescribiendo la Narrativa: Abrazando el Dominio Piadoso 

En lugar de sucumbir a las trampas del mundo, podemos reescribir la narrativa al: 

  • Enfocarnos en las verdades espirituales: En vez de centrarnos en lo que nuestra carne desea, meditamos en la Palabra de Dios, permitiendo que Sus promesas moldeen nuestros pensamientos y acciones. 

  • Ver con ojos espirituales: En vez de reaccionar a lo que vemos, respondemos con fe, confiando en la mano invisible de Dios obrando en nuestras vidas. 

  • Gloriarnos en la victoria de Cristo: En vez de enorgullecernos de nuestras posesiones, celebramos la victoria que Jesús ganó por nosotros en la cruz, reclamando nuestra sanidad, provisión y autoridad a través de Él. 


"No actúas basado en el sistema del mundo... actúas basado en lo que la Palabra de Dios dice sobre ti." 

Este cambio de perspectiva es la esencia de la renovación de nuestra mente. Se trata de concebir la verdad de Dios en nuestro corazón, imaginándonos bendecidos, sanos y empoderados. Así como el pecado se concibe en la imaginación, también la justicia. 


Conclusión 

El poder de la imaginación es una espada de doble filo. Podemos usarla para crear una realidad alineada con la Palabra de Dios o sucumbir al engañoso atractivo del mundo. Al elegir enfocarnos en las verdades espirituales, ver con ojos espirituales y gloriarnos en la victoria de Cristo, podemos renovar nuestra mente y entrar en la plenitud del dominio que Dios pensó para nosotros. 


Reflexiona sobre esto 

  1. ¿Cómo has permitido que los patrones del mundo influyan en tus pensamientos y acciones? 

  2. ¿Qué pasos prácticos puedes tomar hoy para renovar tu mente y alinear tu imaginación con la Palabra de Dios? 


Oración 

Padre Dios, gracias por el poder de la imaginación que has puesto en mí. Hoy decido alinear mis pensamientos con tu verdad. Declaro que soy bendecido, sano y empoderado por tu Espíritu. Tomo mi posición como hijo de Dios, gobernando sobre toda influencia negativa en mi vida. Te agradezco por la victoria que Jesús ganó para mí, y reclamo su plenitud en cada área de mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.

 

Puntos Clave 

  • Nacimos para gobernar sobre las influencias mundanas, no para ser gobernados por ellas. 

  • Las trampas del mundo son la codicia de la carne, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida. 

  • La fe nos capacita para ver más allá del ámbito físico y abrazar las promesas de Dios. 

  • Renovar nuestra mente implica enfocarnos en verdades espirituales, ver con ojos espirituales y gloriarnos en la victoria de Cristo. 

  • Podemos concebir la justicia en nuestra imaginación, así como se concibe el pecado. 

 

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