Rechazado pero Escogido
- Henley Samuel

- 1 day ago
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Diciembre 15, 2025

Hoy, exploremos una de las experiencias más desafiantes de la vida: el rechazo. Ya sea que venga de otros o incluso de nosotros mismos, el rechazo puede resultar abrumador. Pero aquí está la hermosa verdad: Dios se especializa en transformar el rechazo en propósito, convirtiendo lo que otros descartan en algo precioso y poderoso.
Cuando los constructores rechazan la piedra
La vida a veces nos hace sentir no deseados. Tal vez has enfrentado rechazo en tu carrera, en tus relaciones o en tu ministerio. Quizás incluso te has rechazado a ti mismo, creyendo mentiras sobre tu valor basadas en fracasos pasados. Al enemigo le encanta usar el rechazo como un arma, susurrando que no eres lo suficientemente bueno, que no estás calificado, que no eres escogido.
Pero la Escritura nos cuenta una historia diferente:
"La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo." - Salmo 118:22
Esto no es solo poesía, es la promesa de Dios. Lo que otros rechazan, Dios puede transformarlo en el fundamento mismo de algo magnífico. La misma piedra que se consideró sin valor se convierte en la pieza más importante de toda la estructura.
El patrón del cambio divino
A lo largo de la Escritura, vemos repetirse este hermoso patrón. José fue rechazado por sus hermanos, falsamente acusado y echado en prisión. Sin embargo, Dios lo posicionó como la piedra angular para la supervivencia de Egipto durante el tiempo de hambre. Moisés fue rechazado por su propio pueblo cuando intentó ayudarlos, pero Dios lo envió de vuelta como su libertador y líder.
"A este Moisés, a quien habían rechazado diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador, por mano del ángel que se le apareció en la zarza." - Hechos 7:35
Observa cómo la Escritura enfatiza “a este Moisés”: la misma persona que ellos rechazaron. Dios no reemplaza al rechazado; Él lo restaura y lo eleva.
Superando el dolor
Cuando llega el rechazo, tenemos una elección. Podemos quedarnos en el dolor, permitiendo que nos defina y limite nuestro futuro, o podemos rendírselo a Dios y confiar en Su plan. Moisés podría haberse negado a regresar al pueblo que lo rechazó. Podría haberse aferrado a la amargura y al resentimiento. En cambio, eligió confiar en el llamado de Dios.
"Dios puede cambiar todo y cualquier cosa."
El mismo Dios que transformó a Moisés de un fugitivo rechazado en un libertador que obraba milagros está obrando en tu vida hoy.
Del rechazo a los milagros
Cuando Moisés regresó a Egipto, no volvió siendo el mismo hombre que fue rechazado. Regresó empoderado por Dios, realizando señales y maravillas:
"Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en la tierra de Egipto, en el Mar Rojo y en el desierto por cuarenta años." - Hechos 7:36
Las mismas manos que una vez fueron rechazadas se convirtieron en instrumentos del poder milagroso de Dios. Tu rechazo no te descalifica para ser usado por Dios; a menudo te califica para algo más grande de lo que podrías haber imaginado.
Eligiendo tu respuesta
Puedes seguir siendo una piedra rechazada, alimentando tus heridas y limitando tu potencial, o puedes someterte a Dios y convertirte en la piedra angular que Él quiere que seas. La elección es tuya, pero el deseo de Dios es claro: Él quiere elevarte, no abandonarte.
"Estás en medio del amor de Dios. Nunca estás solo ni desamparado."
Conclusión
Hoy, si estás cargando con el peso del rechazo, es hora de dejarlo a un lado. Dios ve tu dolor, conoce tu valor y tiene planes para usar aquello que otros han desechado. No estás definido por quien te rechazó, estás definido por el Dios que te escogió. Confía en que Él transformará tu rechazo en tu mayor testimonio, tu herida más profunda en tu ministerio más poderoso.
Reflexiona sobre esto
¿Qué rechazos de tu pasado sigues cargando, y cómo podría Dios querer transformarlos en propósito?
¿Cómo puedes cambiar tu perspectiva de quedarte atascado en el rechazo a confiar en el plan de Dios para tu elevación y restauración?
Oración
Padre Celestial, te doy gracias porque el rechazo no es mi destino final, sino a menudo mi preparación para algo más grande. Entrego ante Ti cada rechazo doloroso y confío en que puedes transformar lo que otros han desechado en algo hermoso y lleno de propósito. Declaro que soy escogido, amado y valorado por Ti. Usa mis experiencias, incluso las dolorosas, para traer gloria a Tu nombre y esperanza a otros. No estoy definido por quien me rechazó, sino por el Dios que me escogió. En el nombre de Jesús, amén.
Puntos Clave
El rechazo no es la última palabra de Dios sobre tu vida; Él se especializa en transformar lo que otros desechan.
Las mismas experiencias que traen dolor pueden convertirse en el fundamento de tu mayor propósito.
Dios no reemplaza al rechazado; Él lo restaura y lo eleva para Su gloria.
Tu respuesta al rechazo determina si sigues siendo una piedra desechada o te conviertes en una piedra angular.
Nunca estás solo en tu rechazo; el amor de Dios te rodea y Sus planes para ti siguen siendo buenos.
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