Ojos Descubiertos
- Henley Samuel

- Jun 13
- 3 min read
Junio 13, 2025

En nuestro caminar espiritual, a menudo encontramos momentos en los que nuestra visión se nubla. Como escamas que cubren nuestros ojos, diversos obstáculos nos impiden ver claramente la verdad de Dios. Hoy, exploremos cómo tener nuestros ojos espirituales descubiertos transforma nuestra perspectiva y nos capacita para caminar en autoridad divina.
El Poder de la Visión Espiritual
Cuando Saulo se encontró con Jesús en el camino a Damasco, quedó físicamente ciego durante tres días. Cuando Ananías vino a él, sucedió algo extraordinario:
" Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado." - Hechos 9:18
Esta sanidad física representó una profunda transformación espiritual. El mismo hombre que antes perseguía a la iglesia comenzó inmediatamente a proclamar a Jesús en las sinagogas. Cuando nuestros ojos espirituales se abren, todo cambia.
Muchos de nosotros llevamos escamas invisibles que nublan nuestra visión espiritual: miedo, ansiedad, depresión, duda, tristeza, enfermedad, pecado y pobreza. Estas escamas deben caer para que podamos ver con claridad. Así como Saulo fue lleno del Espíritu Santo cuando su vista fue restaurada, nosotros también necesitamos la iluminación del Espíritu para quitar estas barreras.
Ver a Través de los Ojos de Dios
La verdadera iluminación viene a través de la Palabra de Dios. Como nos recuerda el Salmo,
"La exposición de tus palabras alumbra." - Salmo 119:130
Cuando vemos nuestras circunstancias con ojos espirituales en lugar de confiar únicamente en nuestros sentidos físicos, obtenemos una visión profética que transforma nuestra respuesta ante los desafíos.
Considera la historia de Balaam en Números 24. Contratado para maldecir a Israel, algo inesperado sucedió cuando se le abrieron los ojos espirituales:
"El oráculo del que oye las palabras de Dios, que ve la visión del Todopoderoso, caído, pero con los ojos descubiertos." - Números 24:4
Con los ojos descubiertos, Balaam solo pudo pronunciar bendición sobre aquellos a quienes fue pagado para maldecir. Declaró:
"¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus moradas, oh Israel! Como valles se extienden, como huertos junto al río, como aloes plantados por el Señor, como cedros junto a las aguas." - Números 24:5-6
Esta poderosa transformación ilustra lo que sucede cuando vemos las situaciones desde la perspectiva de Dios y no desde nuestro limitado punto de vista humano.
Plantados Junto a Aguas Vivas
Cuando nuestra visión espiritual es clara, reconocemos nuestra verdadera posición como creyentes. Como árboles plantados junto a corrientes de agua, permanecemos fructíferos sin importar las circunstancias externas:
"Es como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará." - Salmo 1:3
La bendición profética de Balaam sobre Israel los describió como "huertos junto al río" y "cedros junto a las aguas". Esta imagen habla de nutrición constante, fruto inagotable y estabilidad sin importar la estación. Cuando nos vemos a nosotros mismos a través de los ojos de Dios, entendemos que nuestra prosperidad no depende de las circunstancias externas, sino de nuestra conexión con la fuente divina.
Convirtiéndonos en Fuente de Bendición
Con los ojos descubiertos, no solo recibimos bendición, sino que nos convertimos en canales de bendición para otros.
"El agua fluirá de sus cubos." - Números 24:7
Esta palabra profética se alinea perfectamente con la promesa de Jesús de que los creyentes tendrían ríos de agua viva fluyendo desde su interior.
Cuando nuestra visión es transformada, dejamos de mirar a otros como nuestra fuente. En cambio, nos convertimos en conductos de "rica bendición y abundancia" para quienes nos rodean. Nuestros hijos y nuestros esfuerzos prosperan porque están conectados a la fuente divina que fluye a través de nosotros.
Permaneciendo en Autoridad Divina
Con la visión espiritual viene la autoridad espiritual. Ninguna maldición, brujería, enfermedad o ataque del enemigo puede prevalecer contra aquellos que ven con ojos descubiertos. Así como Balaam solo pudo bendecir a Israel a pesar de haber sido contratado para maldecirlos, los planes del enemigo contra ti deben fracasar cuando permaneces en la autoridad de una visión espiritual clara.
Cuando entiendes quién eres en Cristo, cubierto por Su sangre, rodeado de ángeles, escogido, adoptado, redimido y sellado, puedes declarar con valentía que nada puede prevalecer contra ti. Tus declaraciones proféticas, pronunciadas desde un lugar de claridad espiritual, tienen poder para transformar tu realidad.
Conclusión
Hoy, pide a Dios que quite cualquier escama de tus ojos espirituales. Permite que Su Palabra ilumine tu entendimiento para que puedas verte a ti mismo, a tu familia y a tus circunstancias desde Su perspectiva. Cuando tus ojos están descubiertos, hablarás bendición en lugar de maldición, verás abundancia en lugar de escasez y caminarás en autoridad en lugar de temor.
Como Balaam, te encontrarás declarando la bondad de Dios sobre situaciones que antes veías con temor. Tu visión espiritual transformará no solo cómo ves, sino también lo que dices, y lo que digas se cumplirá en el nombre de Jesús.
Reflexiona Sobre Esto
¿Cómo cambiaría tu perspectiva si vieras tus desafíos actuales a través de los ojos de Dios y no de tu entendimiento natural?
¿Qué "escamas" podrían estar impidiéndote ver toda la bendición y autoridad que Dios te ha dado?
Oración
Padre, te doy gracias por quitar las escamas de mis ojos espirituales. Declaro que ahora veo claramente a través de Tu perspectiva. Estoy plantado junto a aguas vivas, constantemente nutrido y fructífero en toda temporada. Ningún arma forjada contra mí prosperará. Soy bendecido, y mi familia es bendecida. Estamos arraigados como árboles junto al río, y todo lo que tocamos prospera. Hablo bendición sobre cada área donde antes veía limitación. Mis ojos espirituales están descubiertos y camino en autoridad divina hoy. En el nombre de Jesús, Amén.
Puntos Clave
La ceguera espiritual proviene de "escamas" como el miedo, la duda y la ansiedad que nos impiden ver la verdad de Dios.
Cuando nuestros ojos espirituales se abren, hablamos bendición incluso sobre situaciones que antes tendíamos a maldecir.
Como árboles plantados junto a corrientes de agua, los creyentes permanecen fructíferos sin importar las circunstancias externas.
Con los ojos descubiertos, nos convertimos en fuentes de bendición para otros, con agua viva fluyendo desde nuestro interior.
Ninguna maldición o ataque puede prevalecer contra quienes se ven a sí mismos a través de la visión profética de Dios.
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