Nacidos de Nuevo: Vivos en Cristo
- Henley Samuel

- Apr 18
- 5 min read
Abril 18, 2025

¡Celebra el amor ilimitado, desbordante y absolutamente transformador de nuestro Salvador! Su sacrificio en la cruz no es solo un evento histórico, sino una realidad viva que nos ofrece a cada uno de nosotros una vida completamente nueva: vibrante, libre y llena de propósito. Esta meditación explora la profunda verdad espiritual de nuestra unión con Cristo en su muerte y resurrección, basándose específicamente en la sabiduría encontrada en el capítulo 6 de Romanos. Es una invitación no solo a entender esta verdad intelectualmente, sino a abrazarla con todo tu ser, permitiendo que impregne cada aspecto de tu vida. Este es el milagro de nacer de nuevo: ¡estar vivos en Cristo!
Morir y Resucitar con Cristo
Romanos 6:3-4 dice:
"¿O no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva."
Así como Jesús murió físicamente una muerte real y agonizante en la cruz y fue milagrosamente y de manera innegable resucitado a la vida física, nosotros también compartimos esta experiencia, no físicamente, sino espiritualmente. Esta realidad espiritual se activa a través de nuestra fe en Él. En el momento en que aceptamos genuinamente a Cristo, nuestro viejo yo, esclavizado por el pecado, muere. Esta muerte no es una aniquilación de nuestro ser, sino una muerte al poder y dominio del pecado. Nuestra antigua forma de vida, dominada por el pecado y separada de la presencia vivificante de Dios, llega a un fin decisivo.
Esta muerte espiritual, aunque pueda sonar negativa, no es una pérdida, sino una ganancia profunda. Es un paso necesario y crucial hacia la vida vibrante y abundante que Cristo ofrece. El bautismo, entonces, se convierte en un símbolo poderoso y visible de esta transformación interior. Es una declaración pública, un testimonio visible de la realidad invisible del cambio que ha ocurrido en nuestros corazones. Significa nuestra identificación deliberada con la muerte y resurrección de Cristo, un reconocimiento público de que ahora somos nuevas creaciones en Él. Así como Jesús fue resucitado a una nueva vida gloriosa por el poder y la gloria del Padre, también nosotros somos levantados para caminar en la novedad de vida, empoderados por el mismo Espíritu Santo que lo resucitó de entre los muertos. Esta nueva vida no es solo una versión ligeramente mejorada de nuestra antigua vida; es una creación completamente nueva, caracterizada por la libertad del dominio del pecado, una creciente y profunda intimidad con Dios, y una vida vivida en alegre conformidad con Su perfecta voluntad.
Sepultados con Cristo
"Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte,"
significa nuestra ruptura completa y decisiva con el poder tiránico del pecado. Este entierro, por supuesto, no es físico, sino espiritual. Representa el fin definitivo del reinado del pecado en nuestras vidas. Imagina el pecado como un dictador cruel que una vez gobernó sobre tus pensamientos, emociones y acciones. Ahora, a través de Cristo, ese dictador ha sido derrocado.
Nuestra vieja naturaleza pecaminosa, con sus deseos implacables y tendencias destructivas, está enterrada y dejada atrás. Ya no estamos definidos ni limitados por nuestros errores o fracasos pasados, sino por nuestra nueva identidad vibrante y en constante evolución en Cristo. Esto no es una tregua temporal con el pecado, sino una ruptura definitiva, una separación completa del antiguo estilo de vida. Ya no somos esclavos de las demandas del pecado, sino libres para vivir en la justicia creciente y el poder de la resurrección de Cristo.
Unidos en la Muerte de Cristo
Romanos 6:5 declara:
"Si hemos sido unidos a él en su muerte, sin duda también lo seremos en su resurrección."
Este poderoso versículo nos asegura nuestra conexión inseparable e inquebrantable con Cristo. Nuestra unión con Él no es simplemente un concepto metafórico o una imagen poética, sino una realidad espiritual profunda y permanente. Así como una rama está vitalmente conectada a la vid, obteniendo vida y sustento de ella, así estamos conectados a Cristo. Su misma vida fluye a través de nosotros, capacitándonos para vivir una vida que agrada a Dios, una vida que refleja Su carácter y cumple Sus propósitos.
Porque estamos unidos con Él en Su muerte, habiendo muerto a nuestro viejo yo, también estamos, y aún más gloriosamente, unidos con Él en Su resurrección. Compartimos Su victoria triunfante sobre la muerte y la tumba. Esta unión no es solo una noción sentimental; es una garantía sólida de nuestra futura resurrección y nuestra vida eterna con Él.
Unidos en la Resurrección de Cristo
"Ciertamente seremos unidos con él en la resurrección,"
enfatiza la absoluta certeza de nuestra victoria compartida sobre la muerte. Esto no es un pensamiento ilusorio, una esperanza ciega, sino una seguridad confiada basada en la promesa inquebrantable de la Palabra de Dios. La resurrección no es solo algo que esperamos en un futuro lejano; es una realidad presente que impacta poderosamente nuestras vidas hoy.
El mismo poder de resurrección que levantó a Cristo de entre los muertos está activamente obrando dentro de nosotros, dándonos victoria sobre el pecado, la enfermedad, el miedo, la duda y cualquier otro desafío que enfrentemos. Ya estamos experimentando los primeros frutos de la resurrección, el anticipo de la gloriosa herencia que nos espera, y podemos vivir con la expectativa confiada de la plena realización de esta promesa en el futuro.
Conclusión
Tómate un momento ahora para reflexionar sobre la profunda verdad de tu muerte y resurrección con Cristo. Permite que esta realidad penetre profundamente en tu corazón y mente. Abraza tu nueva identidad en Cristo y la increíble libertad que trae. Esto no es solo un concepto teológico; es el fundamento mismo de tu nueva vida en Cristo.
Reflexiona sobre esto
¿Qué significa verdaderamente para ti, personalmente, estar "muerto al pecado" y "vivo para Dios"?
¿Cómo sirve tu bautismo como un símbolo tangible y visible de tu nueva vida en Cristo?
Oración
Padre, gracias por el regalo inimaginable de unirnos con Cristo en Su muerte y resurrección. Ayúdanos a no solo entender esta verdad con nuestras mentes, sino a vivirla con nuestros corazones, almas y cuerpos. Capacítanos para caminar diariamente en la libertad y novedad de vida que tan generosamente nos has dado. En el nombre de Jesús, Amén.
Puntos Clave
Somos nuevas creaciones en Cristo; nuestro viejo yo ha desaparecido, y ahora vivimos en el poder de Su resurrección.
A través de la muerte y resurrección de Cristo, ya no somos esclavos del pecado, sino que tenemos verdadera libertad.
El bautismo simboliza nuestra identificación con la muerte y resurrección de Cristo, una declaración pública de nuestra nueva vida.
Estamos unidos con Cristo, obteniendo vida y fortaleza de Él como una rama conectada a la vid.
El mismo poder que resucitó a Cristo de entre los muertos está activo en nosotros, dándonos victoria sobre el pecado y los desafíos.
Todo el contenido de este blog es propiedad de Henley Samuel Ministries. Para permisos o consultas sobre el uso de cualquier material, contáctenos en contact@henleysamuel.org.




Comments