La Verdadera Imagen

Agosto 22, 2025

Cuando hablas con autoridad a tus circunstancias, deben obedecer así como el viento y las olas obedecieron a Jesús. 

Hoy, exploremos lo que significa vivir como Cristo en este mundo. No se trata de esforzarse, sino de abrazar quién ya eres en Él: una persona de autoridad y propósito divino. 

El revelador de la tormenta 

En Marcos 4, vemos a Jesús y a Sus discípulos cruzando el mar cuando se desata una violenta tormenta. Mientras los discípulos entran en pánico, Jesús permanece dormido. Cuando lo despiertan, Su respuesta revela algo extraordinario: 

" Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. " - Marcos 4:39 

Este momento no se trató solo de calmar una tormenta física; fue una revelación de la verdadera autoridad. Los discípulos presenciaron algo sin precedentes: un hombre que ordenaba a los elementos, y ellos obedecían. Su asombro quedó plasmado en su pregunta: 

"¿Quién, pues, es éste que aun el viento y el mar le obedecen?" - Marcos 4:41 

Lo que vieron fue a la humanidad operando según su diseño original: con dominio sobre la creación. 

Eligiendo tu imagen 

Hemos sido condicionados a vernos a nosotros mismos a través del lente del Adán caído: limitados, temerosos y sujetos a los elementos. Es como mostrarle a alguien un avión estrellado como su primera introducción al vuelo. Para siempre asociaría los aviones con la rotura. 

De manera similar, el mundo solo ha visto a la humanidad bajo la imagen del viejo Adán: rota e impotente. Pero esa no es tu verdadera identidad. 

"Así como Él es, así somos nosotros en este mundo." - 1 Juan 4:17 

Estás llamado a vivir bajo la imagen del nuevo Adán: Jesucristo. En Él, eres completo y empoderado. Nada roto, nada perdido, nada faltante. 

Cuando se acerca el miedo 

Jesús preguntó a Sus discípulos: 

" les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?" - Mateo 04:40 

El miedo y la fe no pueden coexistir. Cuando elegimos el miedo, indirectamente confesamos nuestra falta de fe. Pero recuerda: 

"Porque Dios no nos ha dado un espíritu de miedo, sino de poder, de amor y de dominio propio." - 2 Timoteo 1:7 

Cuando las tormentas de la vida rugen a tu alrededor, cuando tu mente se llena de pensamientos ansiosos, tienes la autoridad para decir: "¡Enmudece, cálmate!". Así como el viento se aquietó ante la orden de Jesús, así también tus problemas: deben inclinarse ante la autoridad que llevas. 

Vivir como la nueva creación 

Los discípulos se asombraron porque presenciaron la verdadera humanidad por primera vez: la humanidad como Dios la planeó. Vieron a alguien que no estaba sujeto a las leyes naturales, sino que operaba con autoridad divina. 

Esta misma autoridad te ha sido dada a través de la obra consumada de Cristo. De hecho, Jesús prometió que quienes creen en Él harían incluso cosas mayores que las que Él hizo. 

Eres templo del Dios viviente, una central de energía divina. Estás ungido para sanar, liberar y prosperar aun en tiempos de hambruna. Llevas poder de resurrección dentro de ti. 

Cada mañana declara: "Soy justo. Estoy lleno del Espíritu Santo. Soy el templo del Dios viviente. Estoy ungido para sanar y liberar. Donde voy, llevo luz y restauración." 

Al vivir desde este lugar de autoridad, la gente preguntará: "¿Quién es esta persona que tiene tal autoridad que aun las circunstancias le obedecen?" 

Conclusión 

El mundo está esperando ver al nuevo Adán manifestado a través de ti. Estás llamado a mostrar una imagen diferente de la humanidad, una que refleje la intención original de Dios. No rota ni temerosa, sino poderosa, con autoridad y victoriosa. 

Hoy, mírate como Dios te ve. Eres como Jesús en este mundo: completo, íntegro y empoderado para ordenar a las tormentas de la vida que se calmen. 

Reflexiona sobre esto 

1. ¿Cómo podría cambiar tu vida si realmente creyeras que tienes la misma autoridad que Jesús demostró? 

2. ¿Qué "tormentas" en tu vida necesitan oír hoy tu mandato de "¡cállate, enmudece!"? 

Oración 

Declaro que soy como Jesús en este mundo. Llevo Su autoridad y Su poder. Toda tormenta en mi vida debe inclinarse ante mi mandato. No estoy sujeto al miedo, a la escasez ni a la enfermedad. Soy el templo del Dios viviente, lleno de poder de resurrección. Donde voy, fluye sanidad. Lo que toco es restaurado. Camino en autoridad divina, ordenando a las circunstancias que se alineen con la perfecta voluntad de Dios para mi vida. Estoy completo en Cristo: nada roto, nada perdido, nada faltante. En el nombre de Jesús, Amén.

Puntos clave 

• Estás llamado a vivir bajo la imagen de Jesús (el nuevo Adán), no bajo la imagen caída del viejo Adán. 

• Cuando hablas con autoridad a tus circunstancias, deben obedecer así como el viento y las olas obedecieron a Jesús. 

• El miedo y la fe no pueden coexistir: elegir uno implica rechazar el otro. 

• Llevas la misma autoridad que Jesús demostró, y Él dijo que harías cosas aún mayores. 

• Al vivir desde tu verdadera identidad, el mundo verá a la humanidad como Dios originalmente la intentó. 

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