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Identidad Verdadera

  • Writer: Henley Samuel
    Henley Samuel
  • Jul 13
  • 2 min read

Julio 13, 2025

Hands sculpting a clay bust of a man's head on a table. Background is blurred, workshop setting. Earthy tones, focused atmosphere.
Como un escultor que ve una obra maestra dentro de un bloque de piedra, Dios ve más allá de nuestro estado actual a la persona que estamos destinados a ser.

En nuestro viaje espiritual, a menudo nos encontramos en una encrucijada entre quién fuimos creados para ser y quiénes estamos llegando a ser. La meditación de hoy nos invita a explorar la profunda transformación que ocurre cuando abrazamos nuestra verdadera identidad en Cristo. 

 

De la Creación a la Formación 

Todos fuimos creados con un potencial divino, pero hay una diferencia significativa entre simplemente existir como creación de Dios y permitir que Él nos forme. 

"Pero ahora, así dice el Señor, que te creó, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: 'No temas, porque yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío.'" - Isaías 43:1 

Como un escultor que ve una obra maestra dentro de un bloque de piedra, Dios ve más allá de nuestro estado actual a la persona que estamos destinados a ser. La creación es solo el comienzo, la formación es el camino de llegar a ser. 

Cuando permanecemos en nuestro "estado creado", somos como oro sin refinar aún mezclado con tierra. El potencial está ahí, pero no se ha revelado. Dios nos invita a ir más allá de este estado inicial hacia un lugar de formación donde emerge nuestra verdadera identidad. 

 

Abrazando Tu Verdadero Nombre 

En las Escrituras, vemos a Jacob luchando con Dios, negándose a soltar hasta recibir una bendición. Cuando le preguntaron su nombre, Jacob tuvo que confrontar su verdadera identidad, el nombre "Jacob" mismo significa "suplantador" o aquel que toma el lugar de otro mediante engaño. 

Este momento de honestidad se convirtió en un punto de inflexión. Ya no sería definido por su pasado o sus luchas. Dios lo renombró Israel, marcando un cambio profundo en la identidad. Esto no fue solo un nuevo nombre sino una nueva naturaleza. 

Cuando sabes quién eres realmente en Cristo, ninguna circunstancia puede robar tu gozo. 

¿Cuántas veces abordamos la vida con identidades falsas? Quizás nos identificamos con nuestros fracasos, nuestras ansiedades o nuestras limitaciones. Sin embargo, Dios nos llama por nuestro verdadero nombre, amado, redimido, victorioso. 

 

Volviéndote Resistente a los Problemas 

Cuando entendemos quiénes somos en Cristo, desarrollamos una resistencia notable a los desafíos de la vida. 

"Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no serás quemado, ni la llama te abrasará." - Isaías 43:2 

Como una casa construida sobre roca sólida que resiste las tormentas, nos volvemos resistentes a las inundaciones y fuegos de la vida. Esto no significa que no vengan desafíos, sino que no nos abrumarán. Nos volvemos impermeables a inundaciones de dudas, a prueba de fuego contra las llamas de la adversidad. 

Esta resistencia no se basa en nuestra propia fuerza sino en la presencia inquebrantable de Dios con nosotros. Cuando sabemos que Él camina a nuestro lado en cada prueba, nuestro gozo permanece intacto sin importar las circunstancias externas. 

 

Gozo Más Allá de las Circunstancias 

El gozo verdadero no depende de condiciones favorables. Fluye de saber quiénes somos y de quién somos. 

Cuando José estaba en prisión, falsamente acusado y aparentemente olvidado, mantuvo su gozo porque sabía que Dios estaba con él. 

Tu gozo no está determinado por lo que sucede a tu alrededor sino por quién vive dentro de ti. 

En nuestro "estado Jacob", podríamos preocuparnos y angustiarnos por las circunstancias. Pero en nuestro "estado Israel", nuestro estado formado y maduro, reconocemos que nuestro gozo está anclado en algo mucho más estable que las situaciones cambiantes. 

 

Creciendo hacia la Madurez 

El apóstol Pablo instó a los creyentes a no permanecer como bebés espirituales sino a crecer hacia la madurez. Esta maduración ocurre cuando alineamos nuestro pensamiento con la Palabra de Dios y comenzamos a vernos como Dios nos ve. 

Dios te ve como un guerrero poderoso, no como una víctima. Te ve como su hijo amado, no como un siervo distante. Cuando abrazamos esta perspectiva, podemos enfrentar cualquier situación con confianza y gozo. 

 

Conclusión 

Hoy, elige entrar en tu verdadera identidad. Ve más allá de simplemente existir como creación de Dios a ser formado por sus manos amorosas en la persona que Él diseñó que seas. Independientemente de las aguas o fuegos que enfrentes, recuerda que Dios está contigo, haciéndote resistente a cualquier cosa que intente abrumarte. 

Tu gozo no depende de circunstancias perfectas sino de tu Salvador perfecto que te llama por tu nombre y dice, "Tú eres mío." 

 

Reflexiona Sobre Esto 

  1. ¿En qué áreas de tu vida aún te identificas con tu "naturaleza Jacob" en lugar de abrazar tu nueva identidad en Cristo? 

  2. ¿Cómo podría cambiar tu respuesta a los desafíos actuales si los vieras a través del lente de ser "resistente a los problemas" debido a la presencia de Dios contigo? 

 

Oración 

Declaro que ya no estoy definido por mi pasado o mis luchas. Soy quien Dios dice que soy, redimido, amado y formado para su propósito. Ninguna circunstancia puede abrumarme porque el Dios que creó el universo camina a mi lado en cada prueba. Mi gozo está seguro en Él, no en situaciones cambiantes. Me mantengo firme en mi verdadera identidad, resistente a la duda, el miedo y la ansiedad. Gracias, Padre, por llamarme por mi nombre y hacerme tuyo. En el nombre de Jesús, Amén

 

Puntos Clave 

  • Hay una diferencia significativa entre ser creado por Dios y ser formado por Él en tu máximo potencial. 

  • Tu verdadera identidad no está determinada por tu pasado o tus circunstancias sino por quién Dios dice que eres. 

  • Cuando entiendes quién eres en Cristo, te vuelves resistente a los desafíos de la vida, pueden venir, pero no te abrumarán. 

  • El gozo verdadero está anclado en tu relación con Dios, no en circunstancias favorables. 

  • La madurez espiritual llega cuando alineas tu pensamiento con la Palabra de Dios y te ves como Él te ve. 

 

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