Favor
- Henley Samuel

- Aug 30
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Agosto 30, 2025

Hoy, exploremos el favor divino que transforma nuestras circunstancias. Esto no se trata de suerte, sino de reconocer la presencia de Dios en cada situación y cómo Su favor puede elevarnos más allá de nuestras limitaciones. Prepárate para abrazar una nueva perspectiva del éxito mientras descubrimos la ventaja sobrenatural disponible para todo creyente.
Los tres actos de la vida
En cada historia de nuestras vidas, se despliegan simultáneamente tres actos distintos. Primero, está nuestro acto, las decisiones que tomamos, los sueños que compartimos, los pasos que damos. Como José, quien compartió sus sueños con sus hermanos, nuestras acciones a veces pueden crear complicaciones. Sin embargo, incluso nuestros errores no están fuera del poder redentor de Dios.
Segundo, está el acto del hombre, cómo otros responden a nosotros. Los hermanos de José lo rechazaron, la esposa de Potifar lo acusó falsamente, e incluso aquellos a quienes ayudó lo olvidaron. Las personas pueden decepcionarnos, oponerse a nosotros o abandonarnos.
Pero el tercer acto, el acto de Dios, permanece constante y transformador:
El Señor estaba con José y llegó a ser un hombre exitoso.
Esta verdad inmutable sostuvo a José a través de la esclavitud, las falsas acusaciones y el encarcelamiento. Mientras las circunstancias cambiaban a su alrededor, la presencia de Dios permanecía como su ancla. Esta es la esencia de Emmanuel, Dios con nosotros, que celebramos en Navidad y que deberíamos abrazar cada día.
Éxito más allá de las circunstancias
¿Qué define el verdadero éxito? ¿Es nuestro entorno, recursos o habilidades? La historia de José revela una verdad profunda:
El éxito no se basa en circunstancias, situaciones o habilidades, sino en si el Señor está contigo.
Cuando José llegó a Egipto como esclavo, nadie reconoció su futura importancia. No le asignaron tareas prestigiosas; probablemente comenzó con los trabajos más humildes. Sin embargo, incluso limpiando establos, la excelencia de José llamó la atención porque la mano de Dios estaba sobre él.
En lugar de centrarse en sus desventuras o cuestionar a Dios, José cumplió fielmente cualquier tarea que tenía delante. Entendió que la excelencia en las cosas pequeñas abre puertas a mayores responsabilidades.
La ventaja “injusta” del favor
“José halló favor ante sus ojos, y lo puso al frente de su casa y en sus manos puso todo lo que tenía.”
El favor es la ventaja sobrenatural de Dios que opera fuera de cronogramas y calificaciones normales. En términos del mundo, puede parecer injusto, como alguien que recibe un ascenso después de cinco días cuando otros esperaron cinco años. Es lo que el mundo podría descartar como “suerte” o “buen momento”, pero los creyentes lo reconocen como intervención divina.
El favor son ascensos “injustos”. No opera en base al tiempo, la habilidad o el talento; opera en base a la gracia y se recibe por la fe.
¿Recuerdas la parábola de Jesús sobre los trabajadores de la viña? Aquellos que trabajaron solo una hora recibieron el mismo pago que los que laboraron todo el día. Eso es favor: no sigue patrones lógicos ni sistemas de recompensa.
El favor puede:
Adelantar el tiempo
Restaurar lo que se perdió
Elevarte de pastor a rey
Transformarte de esclavo a primer ministro
¿Y la verdad más hermosa? Este favor no se gana con buenas obras ni méritos personales. Está disponible para todo creyente por lo que Jesús logró en la cruz.
Activando el favor de Dios
El favor de Dios no es distante ni está reservado para individuos especiales; está llamando a tu puerta ahora mismo. ¿Estás listo para recibirlo?
Cuando confías y crees en la presencia de Dios contigo, el favor se activa en tu vida. No depende de tu desempeño, sino de tu fe en lo que Jesús ya ha hecho.
Todo lo que necesitas hacer es declarar: “Señor, creo en tu favor. Que tu favor traiga victoria, sanidad y redención del tiempo perdido. Que tu favor libere promoción en mi vida, en la vida de mis hijos y en la vida de mi familia.”
Conclusión
Como José, puedes enfrentar rechazo, falsas acusaciones o ser olvidado. Pero recuerda, una cosa permanece constante: Dios está contigo. Su favor te rodea como un escudo, listo para transformar cada circunstancia para tu bien.
Hoy, entra en este favor divino. Reconoce que el éxito no está determinado por tu situación, sino por la presencia de Dios en tu vida. Permite que Su favor te eleve más allá de las limitaciones humanas y hacia la plenitud de Su propósito para ti.
Reflexiona sobre esto
¿En qué áreas de tu vida necesitas dejar de enfocarte en las circunstancias y empezar a reconocer la presencia de Dios contigo?
¿Cómo cambiaría tu perspectiva si realmente creyeras que el favor de Dios puede adelantar tu avance sin importar tu situación actual?
Oración
Padre, te doy gracias por tu favor que me rodea como un escudo. Declaro que tu favor se activa en mi vida hoy, trayendo promoción, sanidad y restauración de todo lo que se perdió. No estoy definido por mis circunstancias, sino por tu presencia conmigo. Recibo tu ventaja “injusta” que me eleva más allá de las limitaciones humanas. Tu favor está transformando cada situación para mi bien, y camino en la confianza de ser tu hijo favorecido. En el nombre de Jesús, Amén.
Puntos clave
Dios puede usar incluso nuestros errores y convertirlos en algo bueno cuando confiamos en Él.
Lo constante en la historia de José no fueron sus circunstancias, sino que “Dios estaba con él”; lo mismo es cierto para nosotros.
El verdadero éxito no se basa en nuestra situación o habilidades, sino en la presencia de Dios en nuestras vidas.
El favor divino opera fuera de cronogramas y calificaciones normales; es la “ventaja injusta” de Dios para los creyentes.
El favor se recibe por la fe en lo que Jesús ha hecho, no se gana por nuestro desempeño.
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