Despertando Huesos Secos
- Henley Samuel

- Sep 1
- 2 min read
12 de marzo de 2025

¡Regocíjate siempre en el Señor! Su palabra es viva y eficaz, más cortante que cualquier espada de dos filos. Hoy, profundizamos en el mensaje de los capítulos 37 y 47 de Ezequiel, explorando cómo el agua viva de Dios nos revitaliza y nos capacita para hablar vida en situaciones que parecen sin esperanza.
El Río de la Sanidad
Ezequiel 47 ofrece una visión poderosa de un río que fluye desde el templo, una fuente de vida y restauración. Este río, que brota del mismo corazón de la presencia de Dios, no es estancado sino dinámico, fluyendo hacia el oriente a través del desierto y finalmente hacia el Mar Muerto. El impacto de esta agua viva va más allá de la transformación personal. Produce un florecimiento de vida dondequiera que va.
“Llevas la llama de la sanidad; dondequiera que toques, ocurre la transformación, así como una vela se derrite y se transforma en presencia del fuego.”
Esta analogía pinta una imagen vívida de nuestro papel como portadores de la presencia de Dios. Así como el fuego derrite y transforma una vela, estamos llamados a ser agentes de cambio, llevando la luz y la vida de Dios a la oscuridad que nos rodea. No somos receptores pasivos de las bendiciones de Dios, sino participantes activos en Su obra redentora.
"Dondequiera que llegue el río, vivirán multitudes de seres vivientes. Habrá abundancia de peces en el Mar Muerto, porque sus aguas se volverán dulces. La vida florecerá dondequiera que llegue esta agua." - Ezequiel 47:9
Este versículo habla de abundancia, vitalidad y la completa reversión de una situación desolada. El Mar Muerto, antes sin vida, ahora rebosa de vida, testimonio del poder de la presencia transformadora de Dios. Este florecimiento se extiende a cada área tocada por el río, significando la naturaleza multifacética de las bendiciones de Dios. Abracemos nuestro papel en este proceso transformador, declarando con valentía,
“Dios me ha escogido para ser un catalizador de cambio en esta nación; soy Su agente de transformación.”
Estamos llamados a ser catalizadores de cambio, llevando la vida y la luz de Dios a nuestras comunidades y al mundo que nos rodea.
Dando Vida a los Huesos Secos
Ezequiel 37 presenta una escena dramática de un valle lleno de huesos secos, una representación clara de desesperanza y muerte. Dios instruye a Ezequiel a profetizar sobre estos huesos, una tarea que parece inútil. Este pasaje resalta el poder de la declaración profética y la importancia de alinear nuestras palabras con las promesas de Dios.
"Pondré tendones y haré que crezca carne sobre ustedes, y los cubriré de piel. Pondré aliento en ustedes, y vivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor.” - Ezequiel 37:6
Este versículo no es solo una descripción de una resurrección física, sino una poderosa metáfora de la renovación espiritual y la restauración de la esperanza. La profecía bíblica no se trata solo de predecir el futuro, sino de asociarnos con Dios para lograr Su propósito. Se trata de identificar el problema y luego declarar la solución de Dios. Él nos recuerda que la verdadera profecía ofrece tanto un diagnóstico como una cura. Revela la ruptura y luego señala el camino hacia la plenitud. Cambiemos nuestra perspectiva,
“Dios desea una transformación en mi manera de pensar.”
Estamos llamados a pasar de una mentalidad de limitación y derrota a una mentalidad de fe y posibilidad.
La obediencia de Ezequiel al mandato de Dios resulta en una transformación milagrosa.
"Así que profeticé como se me ordenó. De repente, mientras hablaba, se oyó un ruido, un traqueteo por todo el valle. Los huesos de cada cuerpo se juntaron y se unieron formando esqueletos completos." - Ezequiel 37:7
Este versículo enfatiza el poder de nuestras palabras cuando se hablan en alineación con la palabra de Dios. El traqueteo significa el proceso de restauración, la unión de las piezas rotas.
No fue la intervención directa de Dios la que hizo que los huesos se unieran, sino la obediencia de Ezequiel al hablar la palabra de Dios. Esto subraya la autoridad que se nos ha dado para liberar el poder de Dios a través de nuestras declaraciones.
Escucha el "traqueteo" de la restauración en tu propia vida. Visualiza los cambios que deseas ver, ya sea sanidad en tu cuerpo, restauración en tus relaciones o un avance en tus finanzas.
No somos víctimas pasivas de nuestras circunstancias, sino agentes de cambio empoderados, capaces de cambiar realidades a través de nuestras palabras de fe.
Conclusión
Abraza el poder del agua viva de Dios dentro de ti. Habla vida sobre cada situación seca, creyendo en el poder transformador de la palabra de Dios. Al declarar Sus promesas, observa cómo los sueños muertos resucitan y los huesos secos cobran vida.
Reflexiona
¿Qué áreas de tu vida se sienten secas y sin vida?
¿Qué declaraciones proféticas puedes hablar sobre estas áreas, alineando tus palabras con las promesas de Dios?
Oración
Padre, te doy gracias por el agua viva que fluye a través de mí. Declaro vida sobre cada situación de huesos secos en mi vida. Creo que tu poder está obrando, restaurando, sanando y trayendo abundancia. Recibo tus promesas de florecimiento y avance, en el nombre de Jesús. Amén.
Puntos Clave
El agua viva de Dios trae sanidad y restauración a cada área de nuestra vida.
Estamos llamados a ser agentes de cambio, llevando la presencia vivificadora de Dios al mundo.
Las declaraciones proféticas liberan el poder de Dios en nuestras situaciones, trayendo transformación.
Nuestras palabras, alineadas con la palabra de Dios, tienen poder creativo y la capacidad de cambiar realidades.
Tenemos la autoridad para hablar vida sobre la muerte y prosperidad sobre la pobreza, asociándonos con Dios en Su obra redentora.
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