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Despertados por Aguas Vivas

  • Writer: Henley Samuel
    Henley Samuel
  • Sep 1
  • 3 min read

11 de marzo de 2025 

Person in blue jacket stands on rocky cliff overlooking snowy mountains at sunset, evoking a sense of adventure and serenity.
Tenemos la autoridad para hablar a nuestras montañas (desafíos) y ser vencedores. 

¡Regocíjate siempre en el Señor! Esta meditación profundiza en el poder vivificante de la palabra de Dios y cómo nos capacita para superar cualquier desafío, transformando huesos secos en vida y aguas saladas en corrientes de bendición. A través de la visión del profeta Ezequiel y las propias palabras de Jesús, descubrimos la autoridad que tenemos en Cristo para hablar vida a la existencia. 


El Río que Da Vida 

"Entonces me dijo: 'Este río fluye hacia el oriente a través del desierto hasta el valle del Mar Muerto. Las aguas de la corriente harán que las aguas saladas del Mar Muerto sean frescas y puras.'" - Ezequiel 47:8 

Así como este río transforma el salado Mar Muerto en una fuente de vida, tú eres un instrumento del poder transformador de Dios. Llevas dentro de ti el potencial de dar vida a lugares estériles, de restaurar la esperanza donde se ha perdido. Eres un vaso de Su sanidad y restauración. 

"Que tus pasos por la ciudad estén marcados por la presencia de Dios, trayendo sanidad e integridad a los enfermos mientras declaras el nombre de Jesús." 

Esto no es una declaración pasiva, sino una declaración de fe. Al caminar en la autoridad que te ha dado Cristo, al entrar en situaciones donde prevalecen la enfermedad y la ruptura, la sanidad es el resultado inevitable. El nombre de Jesús lleva poder y autoridad, y al invocar Su nombre, liberas ese poder en el mundo que te rodea. Cree en el poder que reside en ti y sé valiente al declarar sanidad e integridad en el nombre de Jesús. 


Soplando Vida en Huesos Secos 

"El valle de los huesos secos... Me hizo pasar entre ellos por todo el derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera." - Ezequiel 37:1-2 

Imagina un valle vasto, lleno de huesos secos y blanqueados esparcidos hasta donde alcanza la vista. Esta escena desolada representa situaciones que parecen sin esperanza, sueños que han muerto y circunstancias que parecen irreparables. ¿Alguna vez te has sentido como un hueso seco, sin vida ni esperanza? Tal vez un informe médico ha sido desalentador, una relación se ha derrumbado, una crisis financiera te ha dejado vacío, o tu futuro parece sombrío e incierto. La visión de Ezequiel sobre los huesos secos habla directamente a estos momentos de desesperación, recordándonos que incluso ante probabilidades aparentemente imposibles, el poder de Dios puede traer restauración y nueva vida. 

"Y me dijo: 'Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?' Y dije: 'Señor Dios, tú lo sabes.'" - Ezequiel 37:3 

Dios plantea una pregunta profunda a Ezequiel, y a nosotros hoy: ¿Creemos que nuestra situación puede cambiar? ¿Creemos en Su poder para sanar, restaurar y resucitar lo que parece muerto y sin vida? Nuestra fe es la clave que desbloquea el poder milagroso de Dios. Mientras Ezequiel reconoce la omnisciencia de Dios, la pregunta lo impulsa a él, y a nosotros, a examinar la profundidad de nuestra creencia. ¿Confiamos realmente en la capacidad de Dios para dar vida de la muerte? 

"Entonces me dijo: 'Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.'" - Ezequiel 37:4 

Dios instruye a Ezequiel a hablar a los huesos secos, a profetizar vida sobre ellos. Esto resalta el poder de nuestras palabras, especialmente cuando esas palabras están alineadas con la palabra de Dios. Cuando enfrentamos desafíos, debemos hablar la palabra de Dios, declarando Sus promesas sobre nuestra situación. No confesamos miedo, duda o derrota; confesamos fe, esperanza y victoria. Nuestras palabras se convierten en los instrumentos del poder de Dios, liberando Su energía vivificante en nuestras circunstancias. 

"Así dice Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis." - Ezequiel 37:5 

Esta es la declaración de vida, la promesa de resurrección. Dios sopla Su Espíritu en los huesos secos, y ellos cobran vida, convirtiéndose en un gran ejército. Declara vida sobre tus huesos secos. Ningún desafío, ningún retraso, ningún obstáculo aparentemente insuperable puede detenerte. El mismo poder que resucitó a Jesús de entre los muertos vive en ti, listo para traer restauración y nuevos comienzos. Cree en el poder de la resurrección y habla vida a toda situación muerta. 

"De cierto os digo que cualquiera que diga a este monte: 'Quítate y échate en el mar', y no dude en su corazón, sino crea que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho." - Marcos 11:23 

Jesús enfatiza la importancia de creer sin dudar. Esta fe inquebrantable no es solo pensamiento positivo, sino una confianza profunda en el poder y la fidelidad de Dios. Imagina hablar a tus montañas tus problemas, dificultades y desafíos y ordenarles que sean removidos. Visualiza lo imposible volviéndose posible. Cree en el poder de tus palabras, habladas con fe y alineadas con la voluntad de Dios, y verás que producen un cambio milagroso. 

 

Conclusión 

A través de la palabra de Dios, somos capacitados para superar cualquier obstáculo. Somos ríos vivientes, llevando vida y sanidad dondequiera que vayamos. Tenemos la autoridad para hablar a nuestras montañas y verlas moverse. Abraza el poder de Dios dentro de ti y camina en victoria. 

 

Reflexiona 

  • ¿Cómo puedes aplicar la imagen del río que lleva vida a tu propia vida? 

  • ¿Dónde puedes ser una fuente de sanidad y bendición para otros? 

  • ¿Qué "montañas" estás enfrentando y cómo puedes hablar la palabra de Dios sobre ellas con fe, creyendo en su remoción? 

 

Oración 

Padre, te doy gracias porque soy un vaso de tu agua viva, fluyendo con tu poder y gracia. Declaro vida sobre cada área seca en mi vida: mis finanzas, mis relaciones, mi salud y mi caminar espiritual. Hablo a mis montañas, ordenándoles que sean echadas al mar en el nombre de Jesús. Creo que lo que digo se cumplirá, conforme a tu palabra. Gracias por la autoridad que me has dado en Cristo Jesús. Amén. 

 

Puntos Clave 

  • Somos portadores del agua viva de Dios, trayendo vida y sanidad. 

  • Tenemos la autoridad para hablar a nuestros desafíos y verlos superados. 

  • La palabra de Dios es poderosa y transformadora. 

  • La fe es la clave para desbloquear las promesas de Dios. 

  • Somos más que vencedores en Cristo. 


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