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Deseos Divinos

  • Writer: Henley Samuel
    Henley Samuel
  • 2 days ago
  • 2 min read

Junio 03, 2025

A person in a blue shirt and straw hat stands on a sunny beach with arms outstretched, facing the ocean. Bright sky and waves are visible.
Dios quiere que deseemos cosas buenas, que amemos la vida y veamos días buenos, no que nos conformemos con migajas cuando Él ha preparado un banquete.

Hoy, exploremos el poder de tener deseos justos. Esto no se trata solo de querer cosas; se trata de alinear nuestro corazón con la visión de Dios para nuestras vidas y abrazar la vida abundante que Él promete. Prepárate para cambiar tu perspectiva mientras profundizamos en las Escrituras y descubrimos cómo nuestros deseos moldean nuestro destino. 

 

Los Justos y Sus Deseos 

Proverbios 10 revela una verdad profunda: "Los deseos de los justos serán concedidos." 

Esta escritura no solo sugiere que los justos reciben lo que quieren, sino que implica que los justos deben tener deseos en primer lugar. Sin deseos, ¿qué habría que conceder? 

Muchos creyentes han sido limitados sin querer por enseñanzas que desalientan tener deseos en absoluto. En lugar de aprender a distinguir entre deseos divinos y lujurias mundanas, se les ha enseñado a suprimir todos los deseos. Este enfoque contradice el ánimo de las Escrituras de desear cosas buenas. 

"El que quiera amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios de palabras engañosas." - 1 Pedro 3:10 

Este versículo muestra claramente que debemos desear amar la vida y experimentar días buenos. Dios quiere que tengamos deseos sanos y positivos que se alineen con Su voluntad para con nosotros. No nos llama a una vida de expectativas mínimas, sino a una vida abundante. 


El Peligro de los Deseos Bajos 

En Lucas 16, encontramos a Lázaro, un hombre justo con deseos trágicamente bajos. A pesar de su justicia, se posicionó entre perros, esperando migajas de la mesa de un hombre rico. ¡Qué visión tan limitada! Dios ha preparado un banquete para nosotros en presencia de nuestros enemigos, pero Lázaro se conformó con sobras. 

De manera similar, en Lucas 15, vemos al hijo pródigo cuyos deseos se corrompieron tanto que "ansiaba llenarse el estómago con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada." Su separación de su padre lo llevó a deseos degradados y circunstancias desesperadas. 

Cuando nuestros deseos caen demasiado bajo, la esperanza disminuye. Comenzamos a aceptar menos de lo que Dios ha preparado para nosotros. Nos conformamos con sobrevivir cuando Dios ofrece abundancia. 

 

El Corazón Generoso del Padre 

Contrasta los deseos corrompidos del hijo pródigo con la respuesta de su padre al regresar: 

" Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.  Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta " - Lucas 15:22-23 

Observa el lenguaje del padre: la mejor túnica, un anillo, sandalias, el becerro gordo. No cualquier becerro, sino el engordado. No cualquier celebración, sino un banquete. Esto revela el corazón de Dios hacia nosotros. Él no se maneja en mínimos, sino en excelencia y abundancia. 

 

Dios Obrando en Nosotros 

¿Cómo desarrollamos estos deseos piadosos? Filipenses nos da la respuesta: 

"Porque Dios es el que produce en vosotros tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad." - Filipenses 2:13 

La Biblia Amplificada lo expande hermosamente: "Porque es Dios quien obra eficazmente en vosotros, energizando y creando en vosotros el poder y el deseo, tanto el querer como el hacer para su buena voluntad, satisfacción y deleite." 

Cada vez que te relacionas con la Palabra de Dios, Él está activamente energizándote y creando en ti tanto el poder como el deseo de cumplir Sus propósitos. No se trata de esforzarte en tus propias fuerzas. Dios mismo está cultivando los deseos correctos en ti y capacitándote para cumplirlos. 

 

La Meditación como Imaginación 

Cuando meditamos en la Palabra de Dios, en realidad estamos usando nuestra imaginación. Nos vemos como Dios nos ve: bendecidos, prósperos, sanos e influyentes. Visualizamos la buena vida y los buenos días que Dios desea para nosotros. 

Esto no es pensamiento ilusorio; es imaginación llena de fe basada en las promesas de Dios. Al meditar en Su Palabra, pregúntate: ¿Cómo me veo en cinco años? ¿Están mis deseos limitados por mi edad, circunstancias u opiniones de otros? ¿O están moldeados por la visión ilimitada de Dios para mi vida? 

 

Conclusión 

Tus deseos le importan a Dios. Él quiere que desees cosas buenas, que ames la vida y veas días buenos. No permitas que tus deseos se corrompan por la separación de Él o se disminuyan por pensamientos religiosos que desalientan la ambición divina. 

En cambio, pasa tiempo en la presencia de Dios cada día, permitiéndole energizarte y crear en ti tanto el poder como el deseo de cumplir Sus propósitos. Recuerda, no es en tu fuerza, sino en la Suya. Al escuchar Su Palabra, se crea energía positiva dentro de ti, capacitándote para vivir la vida abundante que Él ha planeado. 

 

Reflexiona sobre esto 

  1. ¿Cómo han sido moldeados tus deseos por el pensamiento religioso en lugar de por la Palabra de Dios? ¿Qué cambiaría si permitieras que Dios elevara tus deseos? 

  2. ¿Qué deseos específicos crees que Dios está creando en ti ahora mismo, y qué pasos puedes tomar para alinear tu imaginación con esos deseos? 

 

Oración 

Padre, te doy gracias porque trabajas en mí, creando tanto el poder como el deseo de cumplir Tus propósitos. Declaro que mis deseos están siendo elevados para coincidir con Tu visión para mi vida. Rechazo el pensamiento bajo y abrazo la vida abundante que has prometido. Soy especial, escogido, bendecido, ungido, sanado y libre. Mis deseos están siendo concedidos porque soy justo a través de Cristo. En el nombre de Jesús, Amén. 


Puntos Clave 

  • Los deseos de los justos serán concedidos, por lo que debemos cultivar deseos divinos en lugar de suprimir todos los deseos. 

  • Dios quiere que deseemos cosas buenas, que amemos la vida y veamos días buenos, no que nos conformemos con migajas cuando Él ha preparado un banquete. 

  • Cuando nos separamos de la presencia de Dios, nuestros deseos pueden corromperse y disminuir. 

  • Dios está obrando activamente en nosotros, energizando y creando tanto el poder como el deseo de cumplir Sus propósitos. 

  • La meditación implica usar nuestra imaginación para visualizar la buena vida que Dios ha planeado para nosotros. 

 

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