Daddy Dios
- Henley Samuel

- Apr 26
- 4 min read
Abril 26, 2025

En un mundo que a menudo retrata a Dios como distante o severo, la meditación de hoy nos invita a abrazar una verdad profunda: Dios no es solo como un padre—Él es nuestro Padre. Este simple cambio de perspectiva puede transformar todo nuestro caminar espiritual. Cuando realmente comprendemos que tenemos un Papá Dios amoroso y cuidadoso que siempre está con nosotros, desbloqueamos un nivel más profundo de fe, confianza e intimidad con Él.
La Realidad de la Filiación Divina
La Biblia revela una verdad asombrosa sobre nuestra identidad: todo lo que es aplicable a Jesús es aplicable a nosotros. Esto no es hipérbole religiosa, es una realidad espiritual. Así como Jesús nació de la Palabra y el Espíritu, nosotros también hemos nacido de nuevo, no de semilla perecedera sino de imperecedera, por medio de la Palabra viva y permanente de Dios.
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios." Juan 1:12-13
Este pasaje revela algo profundo sobre nuestro ADN espiritual. No solo fuimos creados por Dios, sino que hemos nacido de Dios. La semilla que Él plantó en nosotros nunca podrá ser destruida, sino que vivirá y crecerá dentro de nosotros para siempre. Esto hace que Dios sea más real para nosotros que incluso nuestros padres terrenales.
Jesús: Nuestro Hermano Mayor
En esta estructura familiar divina, Jesús toma un papel específico:
"Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos." Romanos 8:29
¡Jesús no es solo nuestro Salvador, es nuestro hermano mayor! Y Su Padre es nuestro Padre. A veces llamamos a Jesús "Padre" y a Él no le molesta, pero técnicamente, Jesús es nuestro hermano mayor, y compartimos el mismo Padre celestial.
Esta verdad transforma por completo nuestra comprensión de la relación con Dios. No somos huérfanos ni extraños, somos hijos amados con un Padre perfecto y un hermano mayor que ha ido delante de nosotros.
Viendo a Través de los Ojos de Jesús
Nuestra percepción de Dios a menudo se distorsiona por nuestra naturaleza caída. En lugar de ver a un Padre amoroso, podemos percibir a una deidad enojada, castigadora o distante. Esto sucede porque vemos a Dios a través de los ojos de Adán en vez de a través de los ojos de Jesús.
Cuando vemos a Dios desde la perspectiva de Jesús, todo cambia. Lo reconocemos como "Papá Dios", nuestro amado Padre que nos ama, cuida y protege. Entendemos que estamos en Él, conectados a Él, y nunca estamos solos.
Uno de los mayores propósitos de la encarnación de Jesús fue establecer esta relación. A lo largo de Sus parábolas y enseñanzas, Jesús reveló constantemente el corazón del Padre hacia Sus hijos.
La Invitación del Padre
Aún hoy, nuestro Padre nos llama a dirigirnos a Él como "Padre". Esta invitación trasciende nuestras experiencias terrenales. Ya sea que hayas tenido un padre maravilloso, un padre distante o ningún padre, tu Padre celestial es el Papá perfecto y amoroso que fuiste creado para conocer.
Él cuida de ti más de lo que puedes imaginar. Estás conectado con Él, y nada puede separarte de Su amor. Su presencia, unción y amor habitan en ti.
Desbloqueando las Promesas de Dios
Entender a Dios como nuestro Padre es la clave para desbloquear Sus promesas en nuestra vida. Un hijo necesita conocer a su padre para confiar y obedecerle. De igual manera, necesitamos conocer a nuestro Padre celestial para confiar en Su palabra y seguir Su guía.
Cuando realmente creemos que Dios es nuestro Padre amoroso, podemos declarar con valentía: "El Señor está con nosotros, y no temeré". Esta confianza se convierte en el fundamento para una vida cristiana exitosa, manteniendo nuestra mente renovada y caminando en los caminos de Dios.
Conclusión
Hoy, abraza la hermosa realidad de que tienes un buen Padre—un Papá Dios que te ama profundamente. No eres una persona común; eres un hijo o hija del Dios viviente. Tu Padre se deleita en ti, te ama completamente y cuida de ti constantemente.
Esto no es solo un pensamiento reconfortante, es la verdad fundamental de tu identidad espiritual. Permite que transforme tu manera de orar, cómo enfrentas los desafíos y cómo vives cada día.
Reflexiona sobre esto
¿Cómo podría cambiar tu relación con Dios si constantemente lo vieras como tu Papá amoroso y no solo como una deidad distante?
¿En qué áreas de tu vida necesitas confiar más plenamente en tu Padre celestial hoy?
Oración
Padre, te doy gracias por ser mi Papá Dios. Declaro que soy tu hijo amado, nacido de tu semilla imperecedera. Nunca estoy solo porque siempre estás conmigo. Elijo verte a través de los ojos de Jesús, como mi Padre amoroso y cuidadoso que se deleita en mí. Tu presencia me llena, tu amor me rodea y tu Espíritu me guía. Camino hoy con confianza como tu hijo, sabiendo que todo lo que aplica a Jesús aplica a mí. En el nombre de Jesús, Amén.
Puntos Clave
Dios no es solo como un padre—Él es nuestro Padre, más real que nuestros padres terrenales.
Somos nacidos de Dios por Su Palabra, así como Jesús nació de la Palabra y el Espíritu.
Jesús es nuestro hermano mayor, y estamos siendo conformados a Su imagen como parte de la familia de Dios.
Ver a Dios a través de los ojos de Jesús transforma nuestra percepción de una deidad distante a un Papá amoroso.
Entender a Dios como nuestro Padre es clave para desbloquear Sus promesas y caminar con confianza.
Todo el contenido de este blog es propiedad de Henley Samuel Ministries. Para permisos o consultas sobre el uso de cualquier material, por favor contáctenos en contact@henleysamuel.org.




Comments