Conociendo a Dios Íntimamente
- Henley Samuel

- Sep 1
- 4 min read
Marzo 26, 2025

Comencemos este día con corazones llenos de alegría y anticipación, listos para recibir el poder transformador de la Palabra de Dios. Hoy, nos embarcamos en un viaje para comprender profundamente y conocer íntimamente a Dios, tal como lo hace Jesús. Esto no se trata simplemente de adherirse a prácticas religiosas o recitar escrituras; se trata de cultivar una relación personal y profunda con el Creador divino. Prepárate para que tu entendimiento se expanda, tu perspectiva se renueve y tu espíritu se eleve mientras profundizamos en las escrituras, buscando conocer a Dios más profundamente y experimentar la plenitud de Su amor y gracia en cada aspecto de nuestras vidas.
Ideas Equivocadas Sobre Dios
Desafortunadamente, demasiadas personas perciben a Dios a través de una lente distorsionada de temor, viéndolo como una figura enojada y crítica que espera castigar cada paso en falso y transgresión. Esta percepción profundamente defectuosa e inexacta a menudo proviene de una falta de comprensión escritural genuina y una dependencia de tradiciones culturales o religiosas que tergiversan la verdadera naturaleza de Dios. Algunas personas incluso creen que el sufrimiento, las dificultades, la enfermedad y la pérdida son la forma en que Dios enseña lecciones o disciplina a Sus hijos, pero esto no podría estar más lejos de la verdad.
Estas ideas erróneas dañinas crean una barrera entre nosotros y Dios, lo que dificulta nuestra capacidad de abrazar completamente Su amor incondicional, recibir Su abundante gracia y experimentar el poder transformador de Su presencia en nuestras vidas.
"Dios no es un Dios enojado. Dios es un padre amoroso."
Es absolutamente esencial desmantelar estas falsas creencias y, en cambio, ver a Dios a través de la lente clara y precisa de Jesús, entendiéndolo como un Padre amoroso y compasivo que no desea nada más que bendecirnos y guiarnos.
Viendo a Través de la Lente de Jesús
Así como las gafas especiales son absolutamente necesarias para experimentar plenamente la profundidad y la dimensión de una película en 3D, necesitamos la "lente de Jesús" para interpretar y comprender con precisión las escrituras. Debemos esforzarnos diligentemente por conocer a Dios como Jesús lo conoce, abrazando Sus enseñanzas, emulando Su ejemplo y permitiendo que Su Espíritu ilumine nuestros corazones y mentes.
La Trinidad
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son simplemente diferentes aspectos de una sola entidad, sino tres personas distintas, cada una con sus propios atributos y roles únicos, pero perfectamente unidas como un solo Dios. Comparten una conexión divina, un vínculo inquebrantable de amor y compañerismo que trasciende la comprensión humana. A diferencia de las creaciones terrenales, que tienen un principio y un fin, la Trinidad ha existido eternamente, sin principio ni fin.
"El Padre conoce al Hijo y el Hijo conoce al Padre, el Espíritu Santo conoce al Hijo, el Espíritu Santo conoce al Padre y se conocen entre sí."
Comprender la naturaleza de la Trinidad es absolutamente crucial para comprender la plenitud del carácter de Dios y Su relación multifacética con la humanidad.
Dios es Amor
"Dios es amor." - 1 Juan 4:9
Incluso antes de la creación del universo, el Dios Trino existía en perfecto amor y armonía, cada miembro de la Trinidad derramando afecto y devoción sobre los demás. El amor de Dios no es simplemente un atributo o característica; es la esencia misma de Su ser. Es constante, inquebrantable e incondicional. Jesús, en Su ministerio terrenal, reflejó perfectamente los atributos de Dios, mostrándonos la plenitud de Su naturaleza y revelando la profundidad de Su amor por nosotros.
El amor de Dios es constante e inmutable. La idea de que el Dios del Antiguo Testamento difiere del Dios del Nuevo Testamento es falsa. Dios es amor, y este amor es consistente a lo largo del tiempo. Jesús, en su ministerio, reflejó perfectamente los atributos de Dios, revelando la verdadera naturaleza de Dios a la humanidad.
Jesús, en Su ministerio terrenal, reflejó perfectamente los atributos de Dios, mostrándonos la plenitud de Su naturaleza y revelando la profundidad de Su amor por nosotros.
Nacido de Dios
"Todos nacemos de Dios." - Juan 1:13
Como creyentes en Cristo, no somos simplemente seres humanos ordinarios; somos hijos de Dios, adoptados en Su familia e imbuidos de Su naturaleza divina. Es de vital importancia recordar nuestra herencia divina y no limitarnos con la falsa creencia de que somos "simplemente humanos", propensos a la debilidad, el fracaso y la insignificancia. Somos creados a imagen de Dios, llenos de Su Espíritu y capacitados para vivir vidas de propósito, pasión y poder.
Jesús Revela a Dios
"Nadie ha visto jamás a Dios, pero el Hijo unigénito, que es Dios mismo y está en la relación más estrecha con el Padre, lo ha dado a conocer." - Juan 1:18
Jesús es la revelación última y completa de Dios a la humanidad. Él encarna perfectamente el corazón, el carácter y la voluntad del Padre. Para conocer verdaderamente a Dios, debemos buscar diligentemente conocer a Jesús, estudiando Sus palabras, siguiendo Su ejemplo y permitiendo que Su Espíritu nos transforme a Su semejanza.
Conociendo al Padre
"Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo elige revelarlo." - Mateo 11:27
El Padre conoce al Hijo íntimamente, con una profundidad de comprensión que supera la comprensión humana. Y a su vez, el Hijo revela al Padre a aquellos que son elegidos y que aceptaron su invitación, otorgándoles acceso a una relación personal y transformadora con lo divino. A través de Jesús, podemos conocer al Padre, experimentando Su amor, gracia y poder en nuestras vidas.
Vida Eterna
"Ahora, esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado." - Juan 17:3
La vida eterna no se trata simplemente de escapar del infierno e ir al cielo; se trata de entrar en una relación profunda, íntima y en constante crecimiento con Dios. Se trata de conocerlo, comprender Su amor y experimentar la plenitud de Su presencia en nuestras vidas, tanto ahora como por la eternidad.
El Fundamento de Todo
Comprender el amor de Dios es absolutamente esencial para cada aspecto de nuestras vidas. Sin este fundamento sólido, nuestras relaciones, nuestras carreras, nuestros sueños y nuestros esfuerzos finalmente no alcanzarán su verdadero potencial. Cuando construimos nuestras vidas sobre la base del amor de Dios, podemos experimentar verdadera plenitud, alegría duradera y paz inquebrantable.
Conociendo a Dios Más
Nuestras oraciones no deben limitarse a pedir bendiciones materiales o buscar soluciones a nuestros problemas. En cambio, nuestras oraciones deben centrarse principalmente en conocer a Dios más íntimamente, tal como lo hace Jesús. Este debería ser nuestro objetivo final como cristianos, la fuerza impulsora detrás de cada pensamiento, palabra y acción.
Cuando buscamos sinceramente conocer a Dios profundamente, nos abrimos a Su presencia, Su poder y Su gracia transformadora en nuestras vidas. Nos convertimos en vasos de Su amor, instrumentos de Su paz y faros de Su esperanza para un mundo que necesita desesperadamente Su luz.
Conclusión
Hoy, hagamos un compromiso consciente y deliberado de conocer a Dios más íntimamente. Busquemos diligentemente comprender Su amor, Su carácter y Su voluntad para nuestras vidas, tal como lo hace Jesús. A medida que crezcamos en nuestra relación con Él, experimentaremos la plenitud de la vida que Él ha prometido, una vida de propósito, pasión y alegría constante.
Reflexiona Sobre Esto
¿De qué maneras específicas puedes cultivar una relación más profunda e íntima con Dios en tu vida diaria?
¿Cómo puedes desafiar y desmantelar activamente cualquier percepción falsa o distorsionada de Dios que pueda estar obstaculizando tu capacidad de abrazar completamente Su amor y experimentar Su presencia en tu vida?
Oración
Padre Celestial, vengo ante Ti con un corazón humilde y abierto, anhelando conocerte más íntimamente. Te agradezco por revelarte a nosotros a través de Jesús, Tu Hijo, quien encarna perfectamente Tu amor, gracia y verdad. Deseo conocerte como Jesús te conoce, comprender Tu corazón, caminar en Tus caminos y experimentar la plenitud de Tu presencia en mi vida. Recibo Tu amor y gracia, y me comprometo a caminar en Tus caminos, a servir a Tu propósito y a glorificar Tu nombre en todo lo que hago. En el nombre de Jesús, Amén.
Puntos Clave
El amor de Dios existía incluso antes de la creación del universo.
Jesús es la revelación última y completa de Dios, mostrándonos el corazón, el carácter y la voluntad del Padre.
La vida eterna no se trata simplemente de escapar del infierno e ir al cielo; se trata de entrar en una relación profunda, íntima y en constante crecimiento con Dios.
Nuestras oraciones deben centrarse principalmente en conocer a Dios más profundamente, buscando comprender Su amor, Su carácter y Su voluntad para nuestras vidas.
Comprender el amor de Dios es absolutamente esencial para cada aspecto de nuestras vidas, proporcionando una base sólida para la verdadera plenitud, la alegría duradera y la paz inquebrantable.
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