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Celebra Antes de la Manifestación

  • Writer: Henley Samuel
    Henley Samuel
  • Oct 7
  • 2 min read

Octubre 07, 2025

Celebrar las promesas antes de su manifestación demuestra una fe que agrada a Dios.
Celebrar las promesas antes de su manifestación demuestra una fe que agrada a Dios.

Hoy, exploremos el poderoso principio de celebrar nuestras promesas antes de que se manifiesten. Esto no es un pensamiento ilusorio, es una estrategia divina que nos posiciona para recibir lo que Dios ya ha preparado. Cuando nos regocijamos por adelantado, demostramos una fe que agrada a Dios y confunde al enemigo. 

 

Hijos e Hijas de la Herencia 

Declararé el decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra.  — Salmo 2:7-8 

Como hijos de Dios, se nos ha dado una invitación extraordinaria. El Padre no quiere que pensemos en pequeño ni que hagamos oraciones limitadas. Nos invita a pedirle naciones como herencia y los confines de la tierra como posesión. No se trata de una conquista física sino de influencia espiritual: tocar vidas, transformar comunidades y dejar un legado piadoso. 

Muchos creyentes oran solo por necesidades inmediatas: un empleo, sanidad o provisión para la familia. Estas oraciones son importantes para Dios, pero Él nos llama a ampliar nuestra visión. ¿Qué pasaría si tus oraciones incluyeran la transformación de comunidades enteras? ¿Qué pasaría si tu fe alcanzara a impactar generaciones? 

  

Preparación Antes de la Batalla 

Hay una gran diferencia entre vivir de milagro en milagro y vivir en una bendición sostenida. Los milagros suelen llegar cuando estamos desesperados, sin preparación y como último recurso. Aunque Dios fielmente nos encuentra ahí, Él desea algo mejor para nosotros. 

Adiestra mis manos para la batalla, para entesar con mis brazos un arco de bronce.  — Salmo 18:34 

Dios quiere entrenarnos antes de que comience la batalla. Considera a David frente a Goliat: mientras el ejército de Israel estaba físicamente entrenado pero espiritualmente no preparado, David estaba equipado espiritualmente gracias a su íntima relación con Dios. Había pasado tiempo en la presencia del Señor, adorando, confiando y conociendo quién era él en relación con su Dios. 

Esa preparación hizo toda la diferencia. Cuando llegó la crisis, David no entró en pánico, estaba listo. 

 

Bendición Más Allá de lo Esperado 

¡Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se deleita en gran manera!  — Salmo 112:1 

Cuando nos deleitamos en la Palabra de Dios, no solo leyéndola sino comprometiéndonos con ella, creyéndola y permitiendo que transforme nuestro pensamiento, sucede algo extraordinario: nos posicionamos para recibir bendiciones que van más allá de lo esperado. 

Esto refleja lo que leemos en Efesios: 

Y a Aquel que es poderoso para hacer mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.  — Efesios 3:20 

Dios no solo cumple nuestras expectativas, las sobrepasa. No solo responde nuestras oraciones, las excede. No solo cumple nuestros sueños, los expande más allá de lo que podríamos imaginar. 

 

El Poder de la Celebración Profética 

En el mundo natural, las personas celebran después de que algo sucede. Pero en el Reino de Dios, se nos llama a un orden diferente: celebrar lo que vemos proféticamente antes de que se manifieste físicamente. 

Gocémonos y alegrémonos en Jehová.  — Salmo 112:1 

Piensa en un baby shower: ocurre antes de que nazca el bebé, no después. De manera similar, debemos tener una “fiesta de promesa” para las cosas que Dios nos ha hablado. Cuando celebramos con anticipación, demostramos una fe que agrada a Dios y confunde al enemigo. 

Recuerda cómo el rey Salomón dio a la Reina de Sabá 

“todo lo que ella deseó, cuanto pidió” (1 Reyes 10:13). 

Si un rey terrenal pudo ser tan generoso, ¡cuánto más el Rey de reyes, que es mayor que Salomón, dará a aquellos que le piden! 

 

Viendo a Través de los Lentes del Hijo 

Para caminar en esta realidad, debemos activar nuestra visión espiritual, poniéndonos los “lentes del Hijo (S-O-N)” que nos permiten ver las promesas ya cumplidas. Cuando leas “por sus heridas fuisteis sanados”, no solo proceses la información, visualízate sano y completo. 

Todo sucede dos veces: primero en la imaginación, luego en la manifestación. La silla en la que te sientas, el dispositivo que usas para leer, fueron primero concebidos en la imaginación de alguien antes de hacerse realidad. De la misma manera, tu milagro debe verse en tu espíritu antes de aparecer en tus circunstancias. 

Cuando te comprometes con la Palabra de Dios, al deleitarte en ella, creerla y confiar en ella, plantas una semilla en tu corazón que crecerá y eventualmente se manifestará en el tiempo señalado. 

 

Conclusión 

Comienza a celebrar ahora lo que Dios te ha prometido. No esperes verlo, regocíjate como si ya estuviera hecho. Esto no es negar la realidad, es declarar una realidad superior. Tu celebración es un acto de fe que te posiciona para recibir bendiciones más allá de lo esperado, no solo para ti sino también para generaciones futuras. 

 

Reflexiona en Esto 

  1. ¿Cómo cambiaría tu vida de oración si realmente creyeras que Dios quiere darte naciones como herencia? 

  2. ¿Qué promesa de Dios necesitas empezar a celebrar antes de ver su manifestación? 

 

Oración 

Padre, te doy gracias porque soy tu hijo amado, posicionado para recibir naciones como mi herencia. Celebro ahora lo que me has prometido, sabiendo que haces mucho más abundantemente de lo que yo pueda pedir o imaginar. Declaro que Tu Palabra se está manifestando en mi vida, y soy bendecido más allá de lo esperado. Mis generaciones serán poderosas en la tierra por Tu fidelidad. Estoy preparado para cada batalla, entrenado por Tu Palabra y fortalecido por Tu presencia. En el nombre de Jesús, Amén. 

 

Puntos Clave 

  • Dios nos invita a pedir naciones como herencia, no solo bendiciones personales. 

  • La preparación en la Palabra de Dios nos posiciona para la victoria antes de las batallas. 

  • Celebrar promesas antes de que se manifiesten demuestra una fe que agrada a Dios. 

  • Todo sucede dos veces: primero en la imaginación, luego en la manifestación. 

  • Dios bendice más allá de lo esperado, impactando no solo nuestra vida sino también a generaciones. 

 

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