Buscando la Gracia

Octubre 21, 2025

Cuando llegue la aflicción, permanece en la presencia de Dios y clama a Él

¿Alguna vez te has sentido atrapado por circunstancias fuera de tu control? Todos enfrentamos temporadas en las que las cargas pesan fuertemente sobre nuestros hombros, dejándonos desesperados por alivio. Hoy quiero compartir contigo una verdad poderosa sobre encontrar libertad en Cristo que puede transformar la manera en que navegas los desafíos de la vida. 

Buscar a Dios en la Aflicción 

Cuando Salomón dedicó el templo, oró algo profundo que aún nos habla hoy. Dijo: 

“Si mal viniere sobre nosotros, espada de castigo, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y clamaremos a ti desde nuestra aflicción, y tú oirás y salvarás.” - 2 Crónicas 20:9 

Salomón reveló dónde encontrar ayuda. Cuando llega el problema, debemos permanecer en la presencia de Dios y clamar a Él. El templo representaba el lugar de morada de Dios, donde residía Su nombre. Hoy, no necesitamos un templo físico para acceder a la presencia de Dios. Podemos entrar en Su presencia justo donde estamos. 

“Cuando haya hambre en la tierra, o pestilencia, tizoncillo o añublo, langosta o pulgón; cuando sus enemigos los sitien en la tierra de sus ciudades; cualquiera que sea la plaga o enfermedad que haya, si entonces cualquiera de tu pueblo Israel, conociendo cada uno su llaga y su dolor, extendiere sus manos hacia esta casa, tú oirás desde los cielos, el lugar de tu morada; y perdonarás y darás a cada uno conforme a todos sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque solo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres).” - 2 Crónicas 6:28-30 

La Mujer Libertada 

Esto me recuerda a la mujer en Lucas 13 que había estado atada por un espíritu de enfermedad durante dieciocho años. ¿Puedes imaginar no poderte enderezar, permanentemente encorvada por casi dos décadas? Pero cuando Jesús la vio, la llamó y dijo: 

“Mujer, eres libre de tu enfermedad.” Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios. - Lucas 13:12-13 

Me encanta esta historia porque nos muestra el corazón de Jesús. Él vio su condición y habló libertad sobre su vida. Con solo Sus palabras y Su toque, dieciocho años de esclavitud desaparecieron al instante. El mismo Jesús que la libertó está vivo hoy y ve aquello que te tiene atado. Él tiene la autoridad para hablar libertad sobre tu vida también. 

Nuestra Posición en Cristo 

Verás, como creyentes hemos sido posicionados con Cristo en los lugares celestiales. Pablo nos dice en Efesios: 

“Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.” - Efesios 2:6 

Esto no es solo poesía hermosa; es una realidad espiritual que cambia todo acerca de cómo enfrentamos nuestras dificultades. 

Cuando entiendes tu posición en Cristo, te das cuenta de que no peleas por la victoria, sino desde la victoria. Has sido resucitado con Cristo y sentado con Él por encima de tus circunstancias. Desde esta perspectiva celestial, tus problemas se ven diferentes. No desaparecen, pero parecen más pequeños y manejables a la luz de la grandeza de Dios. 

Transmitiendo la Fe 

Esta verdad es demasiado preciosa para guardárnosla. Debemos compartirla con las futuras generaciones. Muchos jóvenes hoy no conocen el poder de Dios porque no lo han presenciado de primera mano. Han escuchado historias, quizá, pero no han visto la realidad de Dios demostrada en la vida de los creyentes a su alrededor. 

A medida que experimentes libertad en Cristo, comparte tu testimonio con tus hijos, tus nietos y los jóvenes de tu comunidad. Cuéntales cómo Dios ha obrado en tu vida. Muéstrales cómo se ve permanecer en la presencia de Dios durante la aflicción y recibir Su ayuda. Tu testimonio podría ser la semilla que crezca hasta convertirse en una fe fuerte en la vida de otra persona. 

Conclusión 

La verdadera libertad viene al reconocer nuestra necesidad de Dios y posicionarnos en Su presencia. Como la mujer de Lucas 13, podemos ser liberados de aquello que nos ha mantenido atados. Al experimentar esta libertad, debemos compartir nuestros testimonios con otros, especialmente con las generaciones más jóvenes, para que ellos también conozcan el poder de Dios. 

Reflexiona 

1. ¿Qué áreas de tu vida se sienten atadas o restringidas hoy? 

2. ¿Cómo podría cambiar tu perspectiva si vieras tus problemas desde tu posición en Cristo? 

Oración 

Padre celestial, gracias por la libertad que ofreces a través de Cristo. Como Salomón, hoy me presento en tu presencia con mis problemas, sabiendo que tú oyes y salvas. Habla tu palabra de libertad sobre las áreas en las que me siento atado. Ayúdame a vivir desde mi posición en Cristo, viendo mis circunstancias con ojos celestiales. Dame oportunidades para compartir mi testimonio con otros, especialmente con la generación más joven. En el nombre de Jesús, amén. 

Puntos Clave 

• Cuando llegue el problema, permanece en la presencia de Dios y clama a Él. 

• Jesús tiene la autoridad para liberarte de cualquier esclavitud. 

• Recuerda tu posición en Cristo por encima de tus circunstancias. 

• Comparte tu testimonio de la fidelidad de Dios con las futuras generaciones. 

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