Atrévete a creer
- Henley Samuel

- Sep 27
- 3 min read
Septiembre 27, 2025

Hoy, exploremos el poder transformador de la fe. En un mundo donde a menudo nos guiamos por lo que vemos, oímos o sentimos, hay una realidad más profunda disponible para los que se atreven a creer. Cuando cambiamos nuestro enfoque de nuestras circunstancias al Autor de la vida, todo puede cambiar, no gradualmente, sino de inmediato.
El poder de un toque
En Marcos 5 nos encontramos con una mujer que había sufrido de una hemorragia durante doce años. Su situación era desesperada:
"Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, y no había mejorado, sino que más bien había empeorado." — Marcos 5:26
A pesar de sus circunstancias, ocurrió algo extraordinario cuando oyó acerca de Jesús. En lugar de resignarse a su condición, imaginó un resultado diferente. Creyó que incluso tocar el manto de Jesús le traería sanidad. Esto no fue un pensamiento ilusorio; fue fe en acción.
Cuando finalmente alcanzó a Jesús en medio de la multitud, tocó su manto, y:
"Inmediatamente se detuvo la hemorragia, y ella sintió en su cuerpo que había sido sanada de su enfermedad." — Marcos 5:29 (paráfrasis)
¡Qué momento tan poderoso! Después de doce años de sufrimiento, su sanidad llegó al instante. La palabra "inmediatamente" resalta la prontitud de la intervención de Dios. No hubo período de espera, ni mejora gradual, solo una transformación inmediata.
Más allá de la multitud
Ese día Jesús estaba rodeado de gente. Muchos lo estaban tocando, presionándolo mientras se dirigía a la casa de Jairo. Sin embargo, solo un toque liberó el poder sanador. ¿Por qué?
La diferencia no estuvo en el contacto físico sino en la fe detrás de él. La multitud estaba físicamente cerca de Jesús, pero esta mujer se conectó con Él por medio de su creencia. Ella se acercó con expectativa, habiendo ya declarado su sanidad antes de que ocurriera.
Esto nos enseña algo profundo: la proximidad a Jesús sin fe no nos transforma. Muchas personas asisten a la iglesia durante años sin experimentar transformación. Como dice bellamente el sermón:
"Solo ir a la iglesia no te convierte en cristiano, del mismo modo que quedarse en un garaje no te convierte en un coche."
Lo que marca la diferencia es conocer a Jesús, conocerle verdaderamente como Padre, proveedor y sanador. Ese conocimiento desbloquea sanidad, bendición y favor en nuestras vidas.
Tu sanidad está en tus manos
Una de las ideas más llamativas de este pasaje es la respuesta de Jesús a la mujer:
"Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz, y queda sana de tu enfermedad." — Marcos 5:34
Fíjate que Jesús no dijo: "Yo te he sanado." En cambio, reconoció su fe como la fuerza activadora. Esto revela una verdad profunda: aunque Jesús ya ha provisto todo lo que necesitamos mediante su sacrificio en la cruz, es nuestra fe la que accede a esas provisiones.
Tu sanidad, victoria, prosperidad y libertad ya están disponibles; están en tus manos. La mesa ha sido preparada delante de ti, incluso en presencia de tus enemigos, tu enfermedad, tu fracaso y tu quebranto. Ahora es tiempo de acercarte a la mesa y tomar de lo que ya ha sido provisto.
Transformación permanente
Cuando Jesús sana, no es temporal, es permanente. La traducción Amplified lo expresa de este modo:
"Hija, tu fe [tu confianza y seguridad personal en Mí] te ha restaurado la salud; vete en paz y sé [permanentemente] sanada de tu sufrimiento." — Marcos 5:34 (AMP)
La obra de Dios en nuestras vidas no está sujeta a reversión. Cuando Él abre una puerta, nadie puede cerrarla. Cuando Él nos eleva, nadie puede derribarnos. Así como la posición de José en Egipto permaneció segura a pesar de la traición de sus hermanos, nuestra posición en Cristo está establecida de manera permanente.
Atrévete a creer
La Passion Translation expresa las palabras de Jesús con gran poder:
"Hija, porque te atreviste a creer..." — Marcos 5:34 (Passion Translation, paráfrasis)
Esto plantea una pregunta para cada uno de nosotros: ¿Nos atrevemos a creer?
¿Te atreves a creer que tu fe puede sanarte? ¿Que puede abrir nuevas puertas? ¿Que puede levantarte desde tu punto más bajo hasta tu mayor potencial?
Tu fe puede producir milagros. Tu fe puede transformar tus circunstancias. Tu fe puede llevarte del pozo al palacio. Pero debes atreverte a creer, a poner tu confianza con seguridad en Dios y estar listo para recibir tu sanidad y bendición permanentes.
Conclusión
La fe no es pasiva; es activa y expectante. No solo espera un cambio; lo declara, lo cree y camina en él antes de ver la evidencia. La mujer con el flujo de sangre no esperó hasta estar sana para creer; creyó primero y su sanidad le siguió.
Hoy te encuentras en un cruce similar. ¿Te concentrarás en tus circunstancias o fijarás tus ojos en el Autor de la vida? ¿Te contentarás con simplemente estar en la multitud o extenderás la mano con la fe que libera poder? ¿Te atreves a creer que lo que Jesús ha hecho es suficiente y que tu fe puede acceder a ello ahora?
Recuerda, no se trata de pedirle a Jesús que haga algo nuevo; se trata de recibir lo que Él ya ha logrado. Tu sanidad, tu victoria, tu bendición, ya son tuyas. Atrévete a creer y observa cómo se manifiestan en tu vida de inmediato.
Reflexiona sobre esto
¿En qué áreas de tu vida necesitas cambiar el enfoque de las circunstancias a las promesas de Dios?
¿Cómo podría cambiar tu vida si comenzaras a declarar tu victoria antes de ver la evidencia?
Oración
Padre, te doy gracias porque soy Tu hijo(a) amado(a). Declaro que mi fe activa Tu poder en mi vida. Hoy me atrevo a creer que lo que has prometido ya es mío. Recibo mi sanidad, mi victoria, mi bendición y mi libertad. Me mantengo firme en el conocimiento de que cuando Tú haces algo, es permanente. Gracias porque las puertas que abres, nadie puede cerrarlas. Camino en paz, sabiendo que mi fe me ha sanado. En el nombre de Jesús, Amén.
Puntos clave
La verdadera transformación no proviene de la proximidad a Jesús sino de una conexión con Él llena de fe.
Tu sanidad y victoria ya están disponibles; la fe es la llave que las desbloquea.
Cuando Dios interviene, el cambio es inmediato y permanente.
Creer correctamente produce vivir correctamente; lo que crees acerca de Dios moldea tu experiencia.
Atrévete a creer, declara y camina en tu victoria antes de ver la evidencia.
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